El Gobierno checo intensifica su lucha contra la corrupción

Bohuslav Sobotka y Stanisla Gross, foto: CTK

El Gobierno checo decidió combatir con mayor vehemencia la corrupción en el país. En su sesión de este miércoles los ministros acordaron la adopción de varias medidas para erradicar ese mal.

Bohuslav Sobotka y Stanisla Gross,  foto: CTK
Independientemente de las medidas adoptadas en los últimos años en la República Checa contra la corrupción, los sobornos siguen proliferando en la sociedad. Esto se desprende del informe sobre el nivel de corrupción, presentado al Gobierno por el ministro del Interior, Stanislav Gross. En el último año se logró reducir levemente el número de casos de corrupción pero aumentaron los casos de abuso de poder.

El ministro Gross aseguró que se están preparando medidas más eficaces para combatir la corrupción, por ejemplo un proyecto según el cual serían procesadas también aquellas personas que, sabiendo de algún caso de corrupción, no lo denunciarían.

"Considero especialmente importante que el Gobierno esté dispuesto a adoptar medidas radicales para erradicar la corrupción de la sociedad checa".

El Ministerio del Interior propone también la presentación regular obligatoria de declaraciones de bienes por parte de empleados públicos, así como que la Policía esté facultada a emplear "anzuelos" en caso de existir sospecha de corrupción. El ministro Gross eludió especificar no obstante, las penas que serían aplicadas contra las personas envueltas en casos de corrupción.

"Es prematuro hablar de ese asunto. Para la especificación concreta de las penas habrá tiempo suficiente cuando el proyecto de ley respectivo sea debatido en el Parlamento".

La opinión pública checa desconfía no obstante del éxito de esta lucha. Más del 60 por ciento de los checos considera los sobornos como algo natural y corriente en la vida cotidiana. Están convencidos por ejemplo de que sin un soborno, no serían atendidos debidamente por los médicos o por los funcionarios de la administración pública. Los ciudadanos tratan de cerrar los ojos ante casos de corrupción para no crearse problemas.

"No me gustaría estar obligado a denunciar a un conciudadano que corrompa. No quiero tener nada con la Policía y menos aún tratándose de corrupción. Además, la eventual revancha de la persona a la que denunciaría podría dañarme a mí y a mi familia.".

Las preocupaciones del señor Karel Novák, de Praga, la comparten muchos ciudadanos de la República Checa.