El estigma de la marca ‘Europa del Este’

La República Checa aún sigue siendo percibida de forma distorsionada por culpa de la propaganda comunista y la separación durante décadas de Europa en dos bloques. Así lo cree Daniel Esparza, profesor de la Universidad de Olomouc, que participó esta semana en la Semana Cultural Española de Praga.

Bloques de pisos grises y agrietados, fábricas humeantes, coches viejos cuadrados y gente mandona y malhumorada. Esas imágenes, proyectadas sobre una gran pantalla, acompañaron la explicación de Daniel Esparza del pasado miércoles en la Escuela Superior de Economía de Praga.

El politólogo español quiso con su conferencia El estigma de la marca ‘Europa del Este’ hacer ver los prejuicios que el europeo occidental medio, especialmente en el sur, tiene con respecto a los países del antiguo bloque socialista. El durante décadas infranqueable Telón de Acero, el desconocimiento de la realidad al otro lado del mismo y la propaganda, todavía tienen sus consecuencias. Daniel Esparza nos habla sobre ello.

Daniel Esparza
“Para el Oeste, a través de los medios de comunicación, este mito sigue existiendo: Europa del Este percibida como un todo homogéneo. La tragedia para el checo es que, a pesar de estar en Europa Central, está incluido en el saco de Europa del Este con la que no se identifica”.

Con una Europa oriental unificada en la cabeza del ciudadano medio occidental, las guerras en los Balcanes y el Cáucaso, las crisis políticas y económicas y las nuevas fronteras, han terminado de confundirle. Como resultado, Europa del Este supone para él un territorio inhóspito y una amenaza que se renueva desde siempre, como continúa contando Daniel Esparza.

“Una Europa del Este gris, paisajes grises, congelados… No solo durante la Guerra Fría, sino también por las batallas de Napoleón, las invasiones nazis. Como el Oeste siempre ha caído en el Este, como ha sido ese Stalingrado”.

Foto ilustrativa: Barbora Kmentová
Sin embargo, Praga siempre está llena de turistas. La mayor parte de los extranjeros que llegan a la República Checa visitan exclusivamente su capital como parte de la tríada ‘Praga-Viena-Budapest’ y si acaso alguna otra ciudad de influencia germana como Karlovy Vary. Mientras, en el resto del país, el turismo extranjero llega a cuentagotas. Daniel Esparza lo explica así:

“La marca ‘Praga’ no está asociada a Europa del Este. Praga es una isla rodeada del Este, pero asociada a imágenes de Europa Central, del Imperio Austrohúngaro, y del Sacro Imperio Romano, cuando Praga era capital con Carlos IV”.

Según Esparza, del éxito de las estrategias para deshacerse de la marca ‘país del Este’ que está siguiendo la República Checa, dependerá que se pueda desarrollar el turismo en otras zonas de momento olvidadas. Encantos urbanos y naturales no le faltan.