El Barroco Checo y la recatolización

En Praga tiene lugar una serie de exposiciones dedicadas al arte barroco checo de los siglos XVII y XVIII. Se trata del más importante proyecto cultural del año en curso denominado "Año del Barroco Checo". El mensuario histórico-cultural "Dejiny a soucasnost" (en español: Historia y Actualidad) publicó recientemente una reflexión sobre el tema más controvertido de aquella época, la "recatolización".

La difundida expresión "período posterior a la Montaña Blanca" tiene su origen en la escaramuza sin importancia, librada el ocho de noviembre de 1620 al pie de la colina homónima, situada en uno de los suburbios occidentales de Praga. La historia checa haría de esta escaramuza el mito de la Batalla de la Montaña Blanca.

Aquel enfrentamiento caótico y sin relevancia militar entre casi treinta mil soldados del ejército imperial de los Habsburgo austríacos y unos veinte mil soldados del ejército de los estamentos checo-alemanes terminó noc la victoria de la Liga Católica sobre los estamentos protestantes. Éstos se habían sublevado en 1618 contra la dinastía de los Habsurgo que gobernaba el Reino de Bohemia ya desde 1526. La historiografía mundial considera la sublevación de los estamentos checo- alemanes en 1618 como el inicio de la Guerra de los Treinta Años.

En el siglo XIX la mayoría de los historiadores, artistas y políticos checos comenzó a concebir los sucesos posteriores a la batalla de la Montaña Blanca, y también toda la época barroca, como un período de humillación de la nación checa y de "tinieblas culturales". Si bien solían reconocer los notables logros del arte barroco, por otra parte subestimaban la literatura de aquella época, escrita en checo, latín o alemán. Y todo este proceso fue acompañado por una exaltación del protestantismo como víctima del catolicismo.

El mensuario "Dejiny a soucasnost" menciona algunos estereotipos de esa tergiversación ideológica, como el de que hace algunos años un destacado checo sostuvo que la crisis actual de la familia y de la moral de la sociedad checa se debía a la quiebra del carácter nacional durante la recatolización posterior a la batalla de la Montaña Blanca. Pero también es erróneo sostener que el Estado de los estamentos checo-alemanes de las postrimerías del siglo XVI fuera un preludio de la democracia moderna y que el absolutismo de los siglos XVII y XVIII diera origen a los regímenes totalitarios del siglo XX.

Los esfuerzos de la reinterpretación ideológica del pasado culminaron en los primeros decenios del siglo XX en la famosa discusión sobre "el sentido de la historia checa", sostenida entre el primer presidente checoslovaco Tomás Garrigue Masaryk como paladín del protestantismo minoritario y el historiador Josef Pekar, quien postuló que el desarrollo posterior a la batalla de la Montaña Blanca "salvó a la nación checa de la germanización". La retórica comunista, impregnada de demagogia "progresista" y anticatólica, fue sólo un "anexo estéril", sostiene la revista.

El mensuario cita la opinión del historiador moravo, Josef Válka, quien a comienzos de este año escribió: "En la discusión sobre el sentido de la historia checa se materializó la lucha de dos mitologías históricas: el mito heróico en que se envolvió a los husitas del siglo XV y el mito trágico sobre la "época de tinieblas", que siguió a la batalla de la Montaña Blanca.

Es un hecho evidente que antes de 1618 la mayoría de la población de los Países de la Corona Checa o - Reino de Bohemia- , no era católica. En el siglo 19 se empezó a decir que se trataba del 80 por ciento de la población. Sin embargo, esta cifra no puede ser confirmada porque en la época barroca no se realizó ningún censo oficial, y también, la estratificación demográfica según la confesión religiosa era muy diversa. En algunas capas o regiones checas prevalecían los católicos, y en otras los protestantes.

Además, hay que tener en cuenta que los esfuerzos por lograr la recatolización plena del país no datan de la época de la batalla de la Montaña Blanca, sino de mucho antes, de 1526, cuando Fernando I de Habsburgo- hermano de Carlos I de España y V de Alemania- subió al trono checo. Esto significa que la recatolización transcurría paralelamente al avance de las confesiones no católicas, sobre todo la luterana. Desde este punto de vista tuvieron mucha importancia la reanudación del funcionamiento normal del Arzobispado de Praga en 1562, y la llegada de la Compañía de Jesús a Bohemia, en 1556.

Remitiéndose a recientes investigaciones, la revista "Dejiny a soucasnost" destaca el hecho de que ya en los años treinta del siglo XVII regresaron al país algunos protestantes checos que habían conocido en carne propia la intolerancia de los luteranos de Sajonia.

Después de la firma del Tratado de Westfalia en 1648, el protestantismo checo perdió su virulencia, y alrededor de 1680 la mayoría de los habitantes de Bohemia, Moravia y Silesia se identificaba plena y espontáneamente con la fe católica. A fin de cuentas, los jesuitas y la Iglesia Católica que simbolizan la época barroca, se convirtieron desde mediados del siglo XVII en los principales defensores de la cultura checa. Sin sus aportes el idioma checo habría desaparecido.

Autor: Vít Urban
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