El actor extranjero que protagonizó una película checa en Praga
Además de un promisorio actor canadiense, Jonas Chernick es el protagonista de “La orgía de Praga”, una película checa actualmente en cartel. El film, dirigido por Irena Pavlásková, está basado en la novela de Philip Roth, el gran escritor estadounidense que falleció el año pasado.
Pero el destino le dio revancha y hoy es el protagonista de “La orgía de Praga” (“Pražské orgie”), el film dirigido por Irena Pavlásková cuyos afiches se multiplican en varios puntos de la ciudad. Chernick hace el papel de Nathan Zuckerman, un reconocido autor estadounidense que, en pleno régimen comunista, llega a Praga para recuperar los manuscritos de un misterioso escritor judío. Pero para eso debe seducir a Olga, una mujer muy particular aun en en ese enrarecido y asfixiante clima en el que está inmersa la ciudad.
“Lo que más sorprendió es el profesionalismo y la pasión del elenco. Creo que una de las particularidades del mundo actoral de Praga es que los actores de cine son también actores de teatro porque, en Praga, para ser actor tienes que hacer de todo: teatro, televisión, cine. Y, como vienen del teatro, ellos entienden la complejidad emocional del arte de la actuación y lo vuelcan en su trabajo”.Y lo cierto es que tanto la novela como la película tienen un elemento teatral muy fuerte. Chernick se considera un gran fanático de Philip Roth, el autor de la novela en la que está basada la película y uno de los candidatos más firmes al Premio Nobel de Literatura hasta su muerte, que tuvo lugar el año pasado.
Chernick revela que se sintió muy compenetrado con el personaje de Zuckerman, quien aparece en otras novelas de Philip Roth: porque él también es una especie de outsider que llegó de América del Norte para vivir una experiencia fuerte en un país lejano.
“Había leído muchos libros de Philip Roth y varios de Nathan Zuckerman pero no “La orgía de Praga”. Leí el guion primero y me pareció excelente y luego leí el libro varias veces antes de venir a filmar. Tenía la novela en mi bolsillo durante toda la filmación porque Irena hizo una película muy fiel al libro. Cada vez que estábamos por empezar una escena en particular sacaba el libro y releía esa escena en la novela porque solía encontrar pistas muy útiles para mi actuación”.
Chernick reconoce que, a diferencia de otros trabajos, la composición de su personaje no le significó un proceso muy largo justamente porque esas historias con Zuckerman como protagonista le habían permitido acompañarlo en varias aventuras y experiencias. Entonces él sentía que ya lo conocía. De todas formas recuerda que tuvo reuniones muy extensas en Praga con Irena Pavlásková, la directora de la película, en las cuales le reveló también información que ella tenía sobre el propio Philip Roth, a quien conoció personalmente.“Irena me contó acerca del día que pasó con Roth y me explicó por qué tomó ciertas decisiones sobre el guion diferentes al libro. Muchas de las cosas que le agregó al guion estaban basadas en la vida real de Philip Roth, que ayudó a muchos autores checoslovacos a publicar su material fuera del país durante la ocupación. Y otros detalles como esos me ayudaron a entender mejor a Roth y a Zuckerman porque, por supuesto, los dos son bastante similares”.
Como le pasa en la película al propio personaje de Zuckerman, que no comprende el idioma ni tampoco lo que ocurre a su alrededor, Chernick reconoce que, a pesar de haber leído sobre la ocupación soviética y de haber visto películas al respecto, no entendía el impacto que ese período histórico produjo en la sociedad checa. Y hoy está convencido de que esa dificultad, sumada a su incomprensión del idioma checo, lo unieron definitivamente a Zuckerman, a tal punto que filmar en un país y en una lengua totalmente ajenos se convirtió en una experiencia muy positiva.“Además de actor soy guionista y produzco mis propias películas en Canadá. Entonces cuando en el set hay muchas personas trabajando soy muy consciente de todo lo que pasa. Incluso cuando debería estar concentrado en mi actuación, no puedo evitarlo. Estoy muy atento, por ejemplo, a los conflictos entre el cineasta y el equipo de vestuario y, a veces lo siento, como una distracción. Cuando estuve en Praga seguía pasando eso pero en checo. Así que no entendía nada y pude concentrarme exclusivamente en mi actuación sin distraerme con cualquier otra cosa que pasara”.
De los dos meses que estuvo filmando en la capital checa, Chernick dice que la primera semana hizo una vida típica de turista. Pero a partir de la segunda semana, los amigos que se había hecho en el elenco y en la producción le recomendaron otros sitios un poco más reales, como por ejemplo algunos restaurantes en Praga 7, a los que empezó a ir cada vez más seguido. Como se alojaba en la Ciudad Vieja iba caminando todos los días desde ahí hasta esa zona en la que vivían sus colegas para participar de cenas y encuentros. Dice que, de esa manera, tuvo la suerte de salir del área donde la mayoría de los turistas quedan atrapados y también cuenta que le encantó visitar la ciudad de Česky Krumlov.“Decidí intentar aprender una palabra por día, estaba muy ocupado filmando, por supuesto, pero era muy importante para mí entender un poco de checo así que intentaba aprender cada día, al menos, una palabra. Estuvo bien, siento que puedo entender un poco y conozco bien algunas palabras y frases que se usaban en el set de filmación”.
Cuenta Chernick que también pudo aprender algunas otras palabras y expresiones más casuales que se usan en el día a día para saludar, comunicarse y despedirse. Y también respecto al idioma, aún recuerda una anécdota que le sucedió nada menos que el primer día en Praga, justo cuando empezaba a trabajar. Y que tiene que ver con el nombre de uno de los personajes de la película: el señor Vodička.“Quería asegurarme de estar pronunciando correctamente el nombre de ese personaje. Por eso, mientras me tomaban las medidas en la prueba de vestuario, la vi a la directora y empecé a pronunciar el apellido Vodička para ver si lo hacía correctamente. Entonces, por supuesto, tres personas se acercaron a traerme un vaso de agua”.
Chernick lamenta que en Canadá no se conoce mucho el cine checo y solo llegan las producciones grandes. Cuenta que vio todas las películas de Irena Pavlásková antes de filmar y la considera una verdadera cineasta. Asegura que haber tenido la posibilidad de protagonizar un film en otro territorio es algo poco usual y mágico. Porque, a pesar de mostrar la llegada al país de un estadounidense durante el régimen comunista, se trata de una película totalmente checa. Hace apenas unas semanas, Chernick volvió a Praga para el preestreno y asegura que nunca olvidará lo que sintió al encontrarse con tantos afiches de la película en las calles de la ciudad. Tal vez por eso tiene la sensación de que Praga, tal como le sucede con los libros de Philip Roth y las aventuras de Zuckerman, ahora también es parte de él.