El aceite de oliva andaluz quiere abrirse paso en Chequia
Representantes de Cortijo de Suerte Alta han realizado una visita comercial a Praga con la intención de promocionar su aceite de oliva en el mercado checo.
En Radio Praga tuvimos la oportunidad de entrevistar a unas representantes de Cortijo de Suerte Alta, un productor de aceite del municipio de Baena, en Córdoba, España, que visitaron la capital checa esta semana para conocer de cerca el mercado local.
Como nos explica Carlota Heredia de Liniers, representante de la compañía, Cortijo de Suerte Alta tiene varios pilares fundamentales en su filosofía, entre los que destaca la producción ecológica.
“Cortijo de Suerte Alta se caracteriza por cuatro pilares fundamentales. El primero es que es de producción 100% ecológica, llevamos desde 1996 con producción ecológica. El segundo pilar es que se trata de una producción familiar, el 100% de nuestro envasado es de producción propia, no compramos a terceros, lo cual nos permite garantizar la calidad. El tercer pilar es que pertenecemos a la asociación QvExta, se trata de una asociación de productores de alta calidad que defienden la calidad en el aceite de oliva virgen extra. Y el cuarto pilar fundamental es que pertenecemos a la denominación de origen más antigua de España, la denominación de origen de Baena”.
A lo que añade que las características organolépticas que ofrece este aceite de Baena son difíciles de encontrar en otras zonas.Para los checos, el aceite de oliva ya no es en absoluto algo ajeno, y cada vez es más común que tanto particulares como restaurantes incluyan este producto en su alimentación.
En opinión de Carlota Heredia, el hecho de que el aceite pueda venderse como un producto gourmet con historia encaja bien en el mercado checo a día de hoy.
“El aceite de oliva es un producto de alta calidad, con una cultura que viene detrás, y creemos que es un mercado que puede apreciar muy bien lo que es un producto gourmet con historia, con calidad, y con una gran cultura detrás”.
Para Cortijo de Suerte Alta la ecología va más allá de tener un sello. No solo su producto cumple estrictas normas, sino que la producción se lleva a cabo de acuerdo con estándares ecológicos. La almazara funciona con paneles solares, tiene vegetación en las paredes y su arquitectura está pensada para mantener un equilibrio interno de temperatura de la manera más ecológica posible.
Como apunta Yasmín Abdo, tienen que superar numerosos controles.
“Tenemos la certificación del CAAE, el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, que tiene unos controles muy estrictos con respecto a la calidad del aceite. Es decir, ellos nos toman muestras antes de la producción del aceite, anualmente viene un técnico y revisa tanto la contabilidad como el campo, toman muestras de la aceituna, de la hoja, del suelo, para verificar que nuestro producto es totalmente orgánico. Además, después toma muestras del producto para verificar que no usamos ningún tipo de pesticida y herbicida”.
Pero el aceite de oliva, más allá del simple placer gastronómico, es también conocido porque su uso moderado puede aportar diversos beneficios para la salud. Esto hace más interesante al producto a la hora de difundirlo, señala Carlota Heredia.
“Se trata de una grasa monoinsaturada, con lo cual, dentro de todos los aceites es el aceite más sano. Además, el aceite de oliva es un zumo de aceitunas, mientras que las otras semillas no. Entonces, al ser un zumo de frutas tiene una serie de vitaminas, que en el aceite de oliva virgen extra se llaman polifenoles, que son muy buenos para la salud. También es importante diferenciar entre el aceite de oliva y el virgen extra. El aceite de oliva es un 90% refinado, con un 10% de virgen extra, y por lo tanto ese 90% refinado ha perdido sus polifenoles, mientras que el virgen extra los mantiene”.Y parece que algunos empresarios checos también han visto el potencial que tiene el aceite de oliva. Aunque todavía es pronto para confirmar algo, Carlota Heredia dice que las reuniones mantenidas en Praga han valido la pena.
“Todas muy interesantes. Tenemos que esperar a volver a España, hablar con las distintas empresas y ver qué es lo que sale. Pero de entrada nos vamos con una sensación muy buena. Creo que por ahora pinta muy bien”.
Cortijo de Suerte Alta dedica 255 hectáreas a olivar, vende en más de 20 países y produce alrededor de 400 000 litros anuales. Quizás muy pronto también podremos verlo en el mercado checo.