Las maravillas del aceite de oliva, protagonistas en Praga
El aceite de oliva español, desde el punto de vista histórico, cultural y, por supuesto, gastronómico, fue objeto de una presentación y una cata que sirvió para introducir a decenas de consumidores e importadores checos en una de las principales joyas de la cocina española, base de toda una alimentación.
Esa fue la sensación que tuvieron muchos españoles, que además de un gran número de checos, asistieron a la exposición ‘Aceite de Oliva Español: Cultura, Ciencia y Gastronomía’ ofrecida en el Instituto Cervantes de Praga.
La catadora Brígida Jiménez, llegada desde Córdoba, hizo un recorrido por toda una serie de aspectos relacionados con este tesoro de la naturaleza, comenzando por las informaciones más básicas.
“El aceite de oliva es un zumo natural que se obtiene solamente por procesos mecánicos físicos. He puesto fotos de lo que eran antiguamente los molinos de piedra y lo que son ahora los de martillo, para que vean que seguimos trabajando con medios actuales en almazaras modernas, pero con la misma base física con la que se trabajaba hace veinte siglos”.
También explicó Jiménez el estado actual de la producción de aceite de oliva en España, que ha experimentado grandes cambios en la última década.“España produce alrededor de 1.400.000 toneladas al año, consume 600.000 toneladas, con lo cual el resto hay que exportarlo. No somos consumidores tan buenos como Italia o Grecia, que consumen 20 litros por habitante al año. Somos además un país que se ha modernizado mucho en lo que son las técnicas de cultivo y elaboración. Nuestra superficie es el 25% de la superficie mundial de olivar pero sin embargo nuestra producción es un 40%, o sea, es un olivar más productivo que en el resto de los países. También es un olivar que se está trabajando para obtener aceites de muy buena calidad y cantidad. Casi todos los concursos internacionales y nacionales los gana España”.
Sus propiedades saludables centraron también buena parte de la exposición.
“El aceite de oliva tiene una gran cantidad de ácido oleico, que es un ácido graso muy estable, que evita problemas de formación de peróxidos, hidroperóxidos y compuestos que reaccionan con nuestras células. El ácido oleico es un potente antioxidante, que es lo que tienen todos los productos contra el envejecimiento. Además, lo que le da las características sensoriales, que son polifenoles, carotenos, vitaminas A, E, tocoferoles, etc. aumenta su poder antioxidante. En la alimentación hay que tomar hidratos de carbono, grasas y proteínas. Lo que se trata es que la parte grasa que tomas, sea de ácido oleico, de aceite de oliva, no de mantequilla ni de grasas poliinsaturadas”.Una cata dirigida de excelentes aceites de las variedades arbequina, hojiblanca y picual cerró la actividad, dejando los paladares llenos de aromas, sabores y sensaciones. Una pena que ninguno de esos aceites puedan conseguirse en la República Checa.
¿Cuál es el sentido entonces de la presentación?
“El problema es que hasta que no haya cultura y la gente no lo demande, no va a haber esas variedades aquí. Es un trabajo muy importante, pero hay que hacerlo muy lentamente. Se trata de divulgar las cualidades del aceite de oliva virgen en talleres, y yo creo que el Instituto Cervantes es un buen medio, porque aquí se habla de cultura, y el aceite de oliva es parte de la cultura culinaria y también antropológica de muchos de los pueblos del Mediterráneo”.En la República Checa el aceite de oliva es cada vez más aceptado y desde hace años se puede encontrar en todos los supermercados. Sin embargo, como se habló en la conferencia, que aparezca indicada la variedad es una asignatura pendiente.