EE.UU., Alemania y Ucrania deciden el futuro de la corona checa
Los expertos advierten que la estabilidad de la corona dependerá del triple eje formado por la guerra comercial entre Europa y EEUU, el rumbo económico alemán y el desenlace del conflicto ucraniano
En un contexto global marcado por la inestabilidad, Chequia observa expectante el transcurso de los acontecimientos y su posible impacto en el país, donde la corona, divisa nacional, tampoco se “libra” de esta incertidumbre. Son muchos los que ya hacen balance de daños, números y previsiones desde diversos frentes y sectores, y lo mismo sucede en materia de política monetaria.
Expertos y analistas han aportado, como de costumbre, sus respectivas ideas sobre qué le espera a la corona checa, aunque existe una opinión casi unánime: que la divisa checa es “prisionera” de los acontecimientos extranjeros y que su futuro lo decidirán en buena parte EEUU, Alemania y Ucrania.
"Desde principios de este año, la corona se ha visto impulsada principalmente por acontecimientos geopolíticos", señaló Martin Kron, analista de Raiffeisenbank, quien destaca la política comercial estadounidense como una de las claves en el futuro de la corona, la cual ya sufrió una ligera depreciación tras la investidura de Trump. Ahora, la amenaza son los comentados aranceles impuestos por el presidente americano y las posibles represalias por parte de la UE que resulten en la inestabilidad de los mercados cambiarios.
La guerra en Ucrania sería otro gran eje de influencia para la corona checa. La propia administración estadounidense ha redoblado la presión para lograr un acuerdo de paz, generando así expectativas de estabilidad en la región para los inversores y un efecto positivo que, con todo, continúa repleto de dudas y sin apenas certezas.
"A los mercados realmente no les importa quién gane o pierda. Lo que para ellos es crucial es que las primas de riesgo, que eran altas en Europa Central puedan caer, y con ellas vuelva el apetito del mercado por invertir en una región que ha sido considerada riesgosa durante años debido a la proximidad del conflicto", afirmó Tomáš Kudela de SAB Finance.
En tercer lugar está el vecino socio comercial checo por excelencia: Alemania, “motor de Europa” y tradicional modelo de éxito y prosperidad que atraviesa hoy tiempos más complicados. De hecho, las elecciones anticipadas han abierto la puerta a un nuevo gobierno que parece estar priorizando la recuperación económica sobre la agenda verde, algo que podría suponer una recuperación de la industria bávara que impulse la demanda de exportaciones y fortalezca la corona.
Por el momento, la divisa nacional ha soportado con cierta estabilidad esta coyuntura convulsa, rondando siempre el umbral de las 25 coronas por euro y de las 23,70 coronas por dólar y haciendo que las perspectivas puedan ser moderadamente positivas. Algunas voces añaden, por ejemplo, que una posible baja de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo podría hacer que la corona sea más atractiva frente al euro a ojos de los inversores, aunque lo cierto es que todas las hipótesis están supeditadas al escenario internacional.
Así, evitar junto con Europa una guerra comercial con EEUU, la fortaleza económica alemana y la estabilización y conversaciones de paz en Ucrania sería un escenario que fortalecería la moneda local hasta, incluso, poder situarla por debajo de la barrera de las 25 coronas por euro. De lo contrario, las perspectivas de los expertos dicen que el tipo de cambio podría evolucionar hasta las 25,50 coronas por euro y superar las 25 unidades por dólar.