Después de los ataques del 11-S cambió la estrategia de la lucha contra el terrorismo
Los ataques terroristas contra Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001 obligaron mundo a endurecer sus medidas de seguridad. La República Checa reforzó notablemente la vigilancia en los puntos estratégicos del país y aprende cómo combatir el bioterrorismo.
Debido a los ataques contra Nueva York y Washington, un riguroso régimen de vigilancia fue introducido en las obras hidráulicas, centrales electronucleares, etc. Fuertes medidas de seguridad fueron implantadas en los aeropuertos y aviones: La cabina de los pilotos tiene una puerta más fuerte y entre los pasajeros viaja con frecuencia un policía vestido de civil especialmente entrenado.
Este año, la situación se agudizó debido a la guerra en Iraq. El primer ministro Spidla indicó que el Gobierno checo aprobó que unos 2500 soldados reforzarían la policía en el aeropuerto internacional de Praga, si la situación lo exige.
"Es de suponer que la situación de la seguridad se complique y en tal caso será necesario tener a disposición refuerzos para la Policía", advirtió Spidla.El Gobierno decidió comprar aviones caza supersónicos para poder proteger eficazmente el espacio aéreo del país.
La policía checa reforzó, además, la vigilancia de los monumentos judíos y de Radio Europa Libre de Praga que transmite hacia Iraq y Afganistán, entre otros. Por su parte, el ministerio de Salud impulsó investigaciones para combatir el bioterrorismo, para que el país sepa defenderse contra un ataque con armas biológicas.