Dentro de medio año terminará el mandato presidencial de Havel
Dentro de medio año concluirá el mandato presidencial de Václav Havel.¿Qué tareas le esperan aún y qué hará cuando se jubile?
Cuando en febrero del próximo año Václav Havel abandone definitivamente su despacho presidencial en el Castillo de Praga, tendrá en su hoja de servicios 13 años como jefe de Estado. Es que Havel se había desempeñado desde finales de 1989 hasta julio de 1992 también como presidente de la Federación Checoslovaca. Cuando se disolvió el Estado común de checos y eslovacos, Havel fue elegido en 1993 como primer presidente de la República Checa independiente. Ahora está ejerciendo su segundo mandato al frente del Estado Checo. Antes de concluirlo le esperan aún muchos deberes oficiales. No obstante, dependerá de su estado de salud si podrá cumplirlos todos.
Desde este punto de vista el viaje de Havel a Estados Unidos a realizarse en septiembre próximo parece como el más exigente. La décimotercera visita oficial de Václav Havel a EE UU será su último gran viaje al extranjero. En su marco, el jefe de Estado checo se entrevistará con su homólogo estadounidense, George Bush, presentará una ponencia en una conferencia sobre el presidente checoslovaco, Tomás Garrigue Masaryk, rendirá homenaje a las víctimas del terorismo en Nueva York y en Miami visitará a la comunidad de emigrantes cubanos.
¿Qué hará Václav Havel cuando el próximo año expire su mandato? Los analistas coinciden en que su agenda se mantendrá repleta. Según el politólogo Jirí Pehe, Havel seguramente regresará a la literatura ya que ha adelantado que publicará sus memorias de los años pasados al frente del Estado Checo. Y será muy solicitado en el extranjero para intervenir en conferencias como representante de una importante época de la historia europea y mundial que derrocó al sistema comunista. Los politólogos se preguntan cuál será el papel de Havel en el escenario político doméstico. Coinciden en que tan sólo problemas de salud obligarían a Václav Havel a retirarse de la contingencia política, aunque no aspire a ser líder de un partido.
