Declaración de Praga del Foro 2000
Con un discurso del presidente de la República Checa, Václav Havel y la aprobación de un llamamiento que exhorta a los países ricos a brindar ayuda a los países más pobres, y que destaca la responsabilidad de cada individuo por el destino de nuestro planeta, concluyó ayer en Praga la Conferencia internacional Foro 2000.
El presidente checo, Václav Havel, junto con el escritor estadounidense Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz, fueron los fundadores de este encuentro internacional de intelectuales y políticos, que se prolongó por cinco años consecutivos. Havel destacó ayer en Praga el significado de esta conferencia:
"El Foro 2000 no es ninguna institución, sino una plataforma de debates abierta y en ello precisamente radica su fuerza", sostuvo Václav Havel. El presidente checo señaló que considera sumamente importante que políticos e intelectuales del mundo entero hayan dialogado abiertamente sobre los más diversos problemas del mundo contemporáneo. Havel recordó también el encuentro multirreligioso celebrado durante el Foro e indicó que similares actividades tienen gran importancia, puesto que ayudan a la propagación de la tolerancia y el entendimiento.
La "Declaración de Praga", aprobada en el Foro 2000, reúne los temas debatidos durante las cinco ediciones del Foro 2000. El documento menciona la globalización, entre otras cosas, calificándola como un fenómeno natural que acompana y caracteriza el desarrollo del mundo contemporáneo. La declaración indica, sin embargo, que: "En caso de que la globalización beneficie sólo a una quinta parte de la Humanidad, el mercado globalizado, necesariamente, pronto dejaría de existir."La "Declaración de Praga" se pronuncia también a favor de una distribución más justa de las riquezas naturales del planeta y subraya la necesidad de acabar con el analfabetismo.