Chequia pidió la liberación de los presos políticos en Bielorrusia ante la Asamblea General de la ONU
El ministro de Relaciones Exteriores, Jakub Kulhánek, expuso ante la Asamblea General de la ONU los puntos clave de la política exterior checa. Apeló a pactos internacionales contra el terrorismo y el cambio climático, mostró su preocupación por las mujeres en Afganistán o la represión en Bielorrusia, además de referirse a la situación en Oriente Medio o a la amenaza de las campañas de desinformación.
Jakub Kulhánek habló este jueves en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebra en Nueva York hasta el próximo lunes. Con la reciente caída de Kabul en poder del régimen talibán, Afganistán es, sin duda, uno de los temas candentes de esta 76 sesión.
Kulhánek subrayó el compromiso de Chequia con el país asiático, en donde Praga desplegó sus tropas durante casi dos décadas para intentar construir un sistema democrático. El ministro de Relaciones Exteriores habló de la importancia de la ayuda humanitaria en estos momentos.
“Nuestra contribución será de unos 5 millones de dólares. La ONU sigue siendo un actor clave en el terreno en Afganistán. Los talibanes tienen que asegurar un acceso seguro y fluido a todo el territorio a todos los trabajadores humanitarios y empleados de la ONU, incluido el personal femenino. La República Checa condena severamente el uso de la violencia y la intimidación contra protestantes, periodistas y defensores de los Derechos Humanos. Estamos particularmente preocupados por los actos de los talibanes dirigidos contra mujeres y niñas”.
En cuanto a poblaciones que también sufren la violencia en estos momentos, Kulhánek se refirió también al Sahel, en África, otra región en la que la República Checa lleva años luchando contra el terrorismo islamista desde Malí.
“Junto a nuestros socios internacionales y africanos, la República Checa continuará participando en actividades conjuntas de estabilización para traer la paz y la prosperidad a esa parte del continente, porque África merece paz, prosperidad y estabilidad”.
Más cerca de las fronteras checas, Kulhánek también habló de Ucrania y Georgia y defendió la integridad de sus territorios nacionales, amenazados por Rusia. Sin salir de la zona, el ministro de Exteriores también se refirió a la escalada de la represión en Bielorrusia a cargo del presidente Aleksandr Lukashenko.
“La República Checa está preocupada por el uso masivo continuado de la represión en Bielorrusia, que ha creado un clima de miedo en la ciudadanía. Apelamos a la liberación inmediata de todos los detenidos injustamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión o de reunión pacífica, incluidos periodistas, defensores de los derechos humanos y activistas. Una investigación independiente y transparente de todas estas violaciones es esencial”.
Jakub Kulhánek no se olvidó de la situación en Oriente Medio y apeló a una solución negociada entre Israel y las autoridades palestinas.
“Hamás y otros grupos terroristas en Gaza son los primeros responsables por el estallido de violencia y el trágico desarrollo de los hechos en mayo de 2021. Israel tiene derecho a proteger a sus ciudadanos. La República Checa apoya toda iniciativa significativa dirigida a poner fin al ciclo de violencia y sigue firmemente comprometida con la solución de dos Estados”.
El ministro de Relaciones Exteriores calificó de clave la próxima cumbre sobre el cambio climático que se celebrará en Glasgow en noviembre y pidió mayor colaboración internacional para enfrentarse a esta cuestión global.
De igual manera se refirió a la amenaza de las noticias falsas y las campañas de desinformación.
“La propagación deliberada de informaciones falsas tiene un impacto directo en la salud y la seguridad de nuestros ciudadanos, así como en su confianza hacia las instituciones. El uso de la desinformación como un medio de agresión contra otro Estado es absolutamente inaceptable. El mal uso de la tecnología supone un desafío cada vez mayor para las normas establecidas. Todos debemos trabajar juntos para asegurarnos de que las nuevas tecnologías digitales, incluida la inteligencia artificial, siguen propiciando el progreso humano, y no sean una herramienta de vigilancia, opresión y control”.
La propia pandemia del COVID-19, según Kulhánek, ha demostrado cómo está interconectado el mundo global de hoy en día y lo importante que resulta la colaboración internacional. El coronavirus, por un lado, ha acelerado las tendencias negativas que amenazan la protección de los derechos humanos, expresó Kulhánek, y por otro lado, ha puesto de relieve la importancia de la Organización Mundial de la Salud, que, sin embargo, debería también aprender de las lecciones de la pandemia, dijo, para ser más efectiva y transparente.