Abdica Juan Carlos I, el rey que trabó amistad con Václav Havel
La abdicación del rey de España, Juan Carlos I, ha sido comentada y analizada también en la República Checa. El monarca mantenía desde la caída del comunismo una relación relativamente intensa con el país: forjó de hecho amistad con Václav Havel y fue el primer receptor de la Orden del León Blanco.
Más allá de la versión oficial, que atribuye la abdicación al estado de salud del rey, los medios checos han dado por sentado que tras la marcha de Juan Carlos I se encuentra la mala imagen de la monarquía que ha ido asentándose cada vez con más fuerza en la opinión pública. De hecho los últimos sondeos muestran por primera vez que los detractores del rey se encuentran en mayoría.
En vista de las manifestaciones que tuvieron lugar el lunes en España a favor de un plebiscito acerca de la continuidad de la monarquía, el director de protocolo de la Oficina Presidencial Checa, Jindřich Forejt, considera que es precisamente esta importancia de la institución en la sociedad española lo que garantizará su permanencia.
“Aquí, en Praga, en la República Checa, la gente se reúne en las calles cuando hay acontecimientos deportivos, cuando juega la selección de fútbol o de hockey. Tenemos la sensación de que los individuos se juntan así solo en estas ocasiones. La monarquía tiene la ventaja de que es capaz de llevar este sentimiento unitario a un nivel diferente. Se trata de una familia cuyas vicisitudes representan la historia del país. Los españoles conocen bien la vida de Juan Carlos, conocen su reinado, y con él conocen la historia española moderna. Hay por eso lazos muy fuertes entre la monarquía y la sociedad, y no creo que a pesar de lo que indiquen los sondeos, España se decida por el camino a la República”.De esta forma, y aunque Forejt reconoce que todo es posible, prefiere situar la abdicación en un contexto europeo, como parte de una creciente tendencia al relevo generacional.
“España a lo largo del siglo XX se decidió en varias ocasiones a favor y en contra de la monarquía. Este paso de uno a otro sistema es en la historia moderna de España relativamente frecuente. El paso dado por Juan Carlos I significa que se da cuenta de que pertenece a la vieja generación de monarcas que poco a poco van saliendo de escena. Recordemos el año 2013, cuando en enero abdicó la reina Beatriz de Holanda a favor de su hijo Guillermo, poco después abdica el rey de Bélgica Alberto II en su hijo Felipe. Es una ola que recorre Europa. En Benelux ya se ha cerrado, y ahora espera Escandinavia, mientras que en Gran Bretaña mejor del tema no se habla”.Juan Carlos de Borbón visitó Checoslovaquia por primera vez en 1987, y regresó de nuevo, ya a una República Checa independiente, en 1995, junto con su esposa Sofía. En el marco de esta visita el entonces presidente checo, Václav Havel, honró al monarca con la orden del León Blanco, convirtiéndolo en la primera persona en recibir esta distinción. De forma recíproca, Juan Carlos I otorgó a Václav Havel la condecoración estatal de la orden de Isabel de Castilla.
Al mismo tiempo el rey de España recibió en numerosas ocasiones a políticos checos, comenzando por Havel, que visitó el país poco después de ser investido presidente, en 1990. En 1997 el presidente checo volvió a tierras españolas, esta vez para ser homenajeado con el prestigioso premio Príncipe de Asturias. La relación entre Havel y el rey sobrepasaba lo diplomático y en varias ocasiones el mandatario checo visitó la residencia vacacional de Juan Carlos en la isla de Lanzarote.
En 2004 el sucesor de Havel, Václav Klaus, conoció en persona al monarca español durante su visita oficial al país. En 2001 fue el turno del entonces primer ministro checo, Miloš Zeman.El príncipe heredero Felipe de Borbón viajó dos veces a la República Checa, la primera vez en 2001, en el que fue su primer desplazamiento a Europa Central, y por segunda ocasión en 2005, para inaugurar el Instituto Cervantes de Praga.