Unos 70.000 checos sufren epilepsia

Foto: Chris Hope, CC BY 2.0
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Las estadísticas ponen en evidencia que una de cada cien personas sufre epilepsia. En Chequia, unas 70.000 personas padecen ese trastorno. Gracias a los remedios médicos el 70% puede vivir una vida normal, aunque muchos de los pacientes temen revelarlo, porque la enfermedad sigue arrastrando el estigma de ser el “castigo divino” u “obra del diablo”.

Epilepsia,  fuente: Wellcome Images,  CC BY 4.0
Julio César y Fiódor Dostoyevski son algunas de las célebres personalidades que sufrieron el trastorno provocado por un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas de alguna zona del cerebro, conocido como epilepsia.

La enfermedad se manifiesta por medio de ataques, pérdida de conocimiento y movimientos convulsivos. Sin embargo, esa es solo la parte más visible del mal que puede tener diferentes niveles, según señala la directora de la organización Epistop, Jana Zárubová.



Jana Zárubová,  foto: ČT
“Los síntomas son muy variados. Desde una sensación subjetiva del paciente, que siente un hormigueo en la mitad del cuerpo mientras que la gente a su alrededor no lo nota. O simplemente se queda mirando aturdido por un momento, pero no cae, no se desmaya y la gente tampoco se da cuenta. Si les pasa a los escolares, puede parecer que es una simple falta de atención”, dijo.

Otro nivel es cuando el paciente ya sufre síntomas psicomotóricos, no reacciona a lo que pasa a su alrededor y puede seguir haciendo las actividades automáticamente, aunque de manera errónea. Estas personas parecen sufrir trastorno psiquiátrico, aunque en realidad su diagnosis es diferente.

Es un disparate decir que los epilépticos no pueden comer chocolate

Ivan Holeček,  foto: ČT
La gente en el pasado tildaba a los epilépticos de “poseídos por el diablo”, hoy día muchas veces los califican como “locos”. Epistop es una de las organizaciones checas que procura desmentir los rumores que siguen rodeando esta enfermedad, según dice el paciente Ivan Holeček.

“Es un problema enorme que aún en el siglo XXI mucha gente encerraría a los epilépticos en un manicomio. Existen numerosos mitos acerca de esta enfermedad, como que no podemos comer chocolate, que no podemos sacar el carné de conducir y otras tonterías. Hay que decir que los epilépticos somos personas normales. Todos los que no sufrimos una forma grave de este mal, pagamos impuestos. Somos útiles para la sociedad y no al revés”.

Foto: Colin,  Public Domain
Los medicamentos de hoy son capaces de reducir la actividad cerebral que provoca los ataques epilépticos. Generalmente, no pueden curar la enfermedad, pero un tratamiento a largo plazo puede ayudar a llegar a la fase en la que el cerebro deja de producir los efectos nocivos. No obstante muchas personas deben combatir la enfermedad durante toda la vida.

Epistop está realizando varios proyectos para ayudarles. Uno de ellos cuenta con la distribución de pulseras especiales con la información electrónica sobre el paciente, los medicamentos que toma, la fase de la enfermedad, etc, que ayudan a otros médicos a proceder en caso de un ataque.