Unión Central Sindical Checo-morava declaró la guerra

Richard Falbr

La Unión Central Sindical Checo-morava declaró la guerra a las multinacionales. Estas empresas obstaculizan la creación de organizaciones sindicales, humillan a los empleados y les obligan a trabajar duramente, aseguran los mismos dirigentes sindicales que hace poco aplaudían la afluencia de inversionistas extranjeros al país, calificándoles de una de las pocas barreras eficaces contra el desempleo y la crisis social.

Richard Falbr
Los inversionistas extranjeros argumentan por su parte que sus empleados checos no trabajan ni de lejos tanto como sus colegas en Europa Occidental.

Entre los casos más llamativos figura el de la filial de Siemens en la República Checa, en la que culminó un conflicto entre la Junta Directiva y los sindicatos por las contradicciones surgidas en torno a quién debe participar en las reuniones sobre la seguridad de trabajo.

Los sindicatos llevaron a la reunión a un experto propio que fue rechazado por la dirección. Mayor indignación provocó aún el comportamiento arrogante del jefe de la compañía Siemens, Helmer Weltersbach, que supuestamente humilla la dignidad humana. La Unión Central Sindical Checo-morava está decidida a cursar una queja a la Organización Internacional del Trabajo.

El líder de la Unión Central Sindical Checo-morava, Richard Falbr, destacó que se siguen multiplicando los casos de violación de los derechos de los empleados y sindicatos. "A estas prácticas debe ponerse fin, porque en caso contrario nuestro camino hacia Europa perdería su sentido", afirmó Falbr.

También el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Vladimír Spidla, expresó su inquietud ante la situación surgida, destacando que la libertad de asociación debe estar vigente en todas las empresas, independientemente de quien sea su propietario. "Se trata de un derecho anclado en la Constitución", subrayó el ministro Spidla.