Una nueva ley para desarraigar la corrupción de las autoescuelas

Foto: Kristýna Maková

Desarraigar la corrupción del sistema de concesión de permisos de conducir e introducir medidas más severas en cuanto a la formación de los futuros conductores. Esos objetivos buscará la nueva ley checa de autoescuelas, presentada este viernes por el Ministerio de Transportes.

Foto: Kristýna Maková
Calidad en lugar de cantidad. Ese es uno de los lemas de la nueva ley de autoescuelas que vigilará con más severidad la concesión de permisos de conducir, por un lado, y tratará de eliminar la agresividad de las carreteras del país, por otro.

Además de los exámenes de reglas teóricas de tráfico y de primeros auxilios, los solicitantes tendrán que pasar un test que calificará, entre otras cosas, su tendencia a arriesgarse al momento de adelantar otro vehículo.

Los inspectores tomarán en cuenta las habilidades reales del conductor y no el número de horas que haya pasado al volante, según indicó el autor de la nueva ley, Karel Bezděkovský, del Ministerio de Transportes.

Karel Bezděkovský,  foto: ČT24
“Formalmente, el número de clases prácticas se reducirá, pero de hecho aumentará, ya que se acomodará a las necesidades individuales de cada solicitante. Su capacidad de incorporarse al tráfico será verificada luego por un examen que será más riguroso que en la actualidad”.

El examen práctico de conducir contará con grandes innovaciones que se proponen combatir tanto la corrupción, como prevenir las eventuales quejas por parte de los solicitantes, subrayó Bezděkovský.

“El examen final será grabado por una cámara enfocada hacia afuera del automóvil, y otra enfocada hacia dentro. Tendremos a disposición grabaciones de sonido y del aparato GPS que nos indicará el transcurso exacto del recorrido, incluyendo las reacciones del conductor, la velocidad, la aceleración y el frenado. Así tendremos más datos a la hora de calificar las eventuales quejas de los solicitantes”.

Foto: Tomáš Adamec,  Český rozhlas
El Ministerio de Transportes se precipitó en llevar a cabo el nuevo proyecto después de que saliera a la luz un grave escándalo de corrupción en cuanto a la concesión de permisos de conducir en las autoescuelas checas.

A principios de octubre la fiscalía de Praga inculpó de corrupción y abuso de poder a casi 30 comisarios y maestros de autoescuelas. Algunos de ellos podrían ser condenados a hasta ocho años de prisión.