Una década de enseñanza superior privada en Chequia

La enseñanza superior privada en la República Checa cumple diez años. Evaluar su calidad y trazar pautas a seguir en un futuro cercano fueron los principales objetivos de una conferencia celebrada hace poco en Praga.

La Revolución de Terciopelo acabó con el totalitarismo en la antigua Checoslovaquia en 1989. Diez años después apareció en la República Checa la primera universidad privada. A pesar de su corta tradición, la enseñanza superior no estatal ha sabido imponerse en el país y ahora goza de bastante popularidad, señaló la ministra de Educación, Miroslava Kopicová.

“Actualmente, más del 13 por ciento de los universitarios estudian en escuelas privadas. Tomando en cuenta la poca tradición de ese tipo de enseñanza y el hecho de que estas escuelas no reciben subvenciones estatales, es un enorme éxito”, recalcó Kopicová.

Entre las universidades públicas y privadas checas existe una fuerte rivalidad. Las privadas critican a las públicas por ser poco flexibles, aplicar métodos de enseñanza anticuados y poner mucho énfasis en la teoría.

Las tradicionales les reprochan a las privadas falta de profesores experimentados y baja calidad de enseñanza. Alois Houdek, presidente de la Asociación de Universidades Privadas, rechaza estos argumentos.

“La calidad de enseñanza en la mayoría de las universidades privadas es bastante alta. Y es que gran parte de los profesores que enseñan en ellas han venido del sector público. Además, son los estudiantes quienes deciden sobre el futuro de las escuelas privadas”, sostiene Houdek.

Las universidades checas afrontan últimamente un problema común, que es la escasez de estudiantes. El año pasado se registraron en el país 26 escuelas superiores públicas y 45 privadas, números demasiado altos para un país tan pequeño, según coinciden los expertos.

Dentro de tres años, la situación será aún peor. En las universidades ingresarán los jóvenes nacidos poco después de la Revolución de Terciopelo, cuando la natalidad en el país alcanzaba su mínimo histórico.

Según Miroslava Kopicová, dependerá de cada una de las escuelas si sabrá adaptarse a la demanda y ofrecer carreras interesantes. Otra opción será centrar la atención en la enseñanza de adultos, subrayó la ministra durante la conferencia.