Stodolní - la calle que nunca duerme

En la primera mitad del siglo pasado era una calle que ostentaba hermosas casas burguesas de estilo modernista checo. Bajo el gobierno de los comunistas se convirtió en una zona muerta y sus casas en ruinas que eran habitadas por las más bajas capas de la sociedad. En los años noventa empezó a despertarse del largo sueño. La vida ahí empezó a borbotar y hoy en día es la zona con la mayor concentración de bares y clubs nocturnos de la República Checa. ¿Cómo se llama esa calle que en los jóvenes evoca noches pasadas de marcha y en sus padres imágenes de vicio y perdición? Hablamos de la calle Stodolní, ubicada en la metrópoli de Moravia del Norte, Ostrava. Stodolní - la calle que nunca duerme.

En la actualidad Stodolní y las calles adyacentes albergan aproximadamente 50 bares y restaurantes. El pionero fue el club "Cerný pavouk" - "Araña negra", abierto a principios de los años noventa.

¿Pero por qué se convirtió en un paraíso de la bulliciosa vida nocturna, cuya fama ha traspasado las fronteras de la región, precisamente esta localidad, a la que se llamaba antes el "Bronx" de Ostrava? A pesar de encontrarse en el centro mismo de la ciudad, era una zona donde no había muchos habitantes permanentes, así que nunca hubo problemas con perturbar el silencio nocturno, nos explicó Ondrej, copropietario de uno de los primeros clubs en la calle Stodolní. Había sólo un par de oficinas, muchos espacios libres y alquileres bajos.

Al abrir su pequeño club que lleva el simple nombre "Coffeshop" Ondrej y su compañero se dejaron inspirar por establecimientos semejantes que visitaron en Amsterdam, realizando así su modesto sueño.

"Nuestro coffeeshop es, por decir lo así, un transplante. En un coffeshop típico holandés no se bebe alcohol - se sirve café, bebidas no alcohólicas como zumos ... pero sobre todo se vende marihuana, que no es legal, pero está tolerada. Nosotros no vendemos marihuana. Así que hay muchas diferencias, pero con el interior y la atmósfera tratamos de acercarnos a ese ambiente típico".

Cada bar, otro estilo. Uno ofrece música para bailar - pop, rock, regae, techno, karaoke, ritmos latinoamericanos, al otro se va para escuchar y charlar. La variedad de los clubs hizo de la calle Stodolní un fenómeno que atrae no sólo a la gente de Moravia del Norte, sino también del resto de la República - de la lejana Praga, o de las vecinas Eslovaquia o Polonia, opina Attila, autor de las páginas Internet www.stodolni.cz, que les invitan a dar un paseo virtual por esa famosa calle.

"Dado que un club se encuentra junto al otro, la gente no tiene que permanecer toda la noche en un lugar, puede cambiar de sitio según le dé la gana sin necesitar trasladarse de un lado de la ciudad al otro. Así la gente no se aburre, se encuentra con más personas ..."

Los propietarios de los clubs organizan conciertos en los que se presentan estrellas del escenario musical checo, y también espectáculos especiales como fue el festival Colours of Ostrava o la fiesta con motivo del fin de año, nos dijo Attila.

"Los festejos de la Noche Vieja se convierten poco a poco en tradición. El año pasado preparamos un gran espectáculo con fuegos artificiales - no sólo para los visitantes de Stodolní, sino, en realidad, para la ciudad entera. Acudieron cerca de tres mil quinientas personas. Pienso que todos se divirtieron, se bailaba, la gente podía ganar premios interesantes. Este año lo repetiremos, y será más grande ... "

La gente desea divertirse, los bares y los clubs en la calle Stodolní siguen llenándose cada fin de semana. Y parece que en ello no puede cambiar nada ni el hecho de que muchos de los jóvenes en Ostrava carecen de empleo. ¿Cómo se lo explica Ondrej?

"Yo mismo no lo entiendo pero la gente viene. Aquí siempre ha sido así. Para tomar una cerveza siempre hay dinero, aunque uno viva de subsidios sociales".