Seguir realizando pruebas de COVID para protegerse ante mutaciones
Las restricciones, al igual que los test de coronavirus, están para quedarse durante el verano. De acuerdo con el ministro de Salud, Adam Vojtěch, hace falta secuenciar para detectar posibles mutaciones. En entrevista para la Radio Checa afirmó asimismo estar contento con el interés de los jóvenes en la vacuna.
Las mutaciones del coronavirus son el mayor peligro al que se enfrenta actualmente la República Checa, de acuerdo con el ministro de Salud, Adam Vojtěch. Este afirma que la situación epidémica es buena y la tasa de vacunación de la población crece cada día.
Con las vacaciones de verano que se acercan, el país se prepara para algunos cambios. Por razones obvias terminarán las pruebas de coronavirus en las escuelas. El Gobierno ha anunciado que también las pruebas obligatorias en las empresas llegarán a su fin y se realizarán más bien de manera voluntaria.
No obstante, para los que no estén vacunados o no se hayan curado del coronavirus recientemente, los test seguirán siendo obligatorios para hospedarse en hoteles, comer en restaurantes o ir al cine o al teatro.
De acuerdo con el ministro Vojtěch, seguir con las pruebas es importante.
“Deberíamos mantener esta medida por el momento. Principalmente para que seamos capaces de secuenciar pruebas de coronavirus sospechosas mediante el método PCR, tal y como lo hacemos ahora”.
El riesgo de las mutaciones crecerá a medida que los checos decidan viajar al extranjero durante los meses de verano. Las condiciones en cuanto a los viajes se mantendrán sin cambios, de acuerdo con el ministro, es decir, que las obligaciones de los turistas se desprenderán del mapa del viajero actualizado regularmente por las carteras de Salud y Relaciones Exteriores. Este establece, por ejemplo, que al regresar de países de mayor riesgo epidémico las personas deben realizarse una prueba PCR antes de subirse al avión, cumplir una cuarentena de cinco días y después acudir a otro test.
El ministro afirma que, aunque preferiría que las personas se quedaran en Chequia durante las vacaciones, entiende que no es lo que prefieren todos. No obstante, llamó a la precaución y la sensatez.
“Lo importante es que las personas sigan siendo responsables y conscientes de que el riesgo de contagio no ha desaparecido. Sobre todo en el extranjero, en los países de riesgo, hace falta seguir la situación epidémica, si no se registra un deterioro o aparecen mutaciones. Este tipo de información ahora siempre está disponible. Y en función a los datos, tener mucho cuidado con grandes agrupaciones de personas, bares, clubes, etc.”.
De la misma manera, Vojtěch confía en que los checos, que han podido volver a las terrazas, los restaurantes o los establecimientos culturales, estén respetando las medidas epidémicas. Aunque entiende que las reglas pueden burlarse y los documentos falsificarse, cuenta con que la población, en su mayoría, está siendo responsable y llama a que siga así.
“No metería la mano en el fuego, seguramente las medidas no se están cumpliendo al 100 %, no nos engañemos. Los controles realizados por los encargados del Departamento de Sanidad y Enfermedades Infecciosas revelaron que en un 10 % de los casos sí hubo infracciones. Pero por otro lado pienso que todos somos conscientes de lo que sucedió durante el último año y de lo que la enfermedad ocasiona”.
El ministro admite que las posibilidades de las autoridades de velar por el cumplimiento de las medidas son limitadas. En la actualidad está participando en los controles el máximo de personas disponible, pero no es posible revisar cada restaurante o bar. De acuerdo con Vojtěch, dependerá de cómo se siga desarrollando la situación epidémica. Afirma que el mayor desafío actual es preparar a Chequia para la temporada después de las vacaciones de verano.
Los jóvenes sí quieren vacunarse
Durante los cinco meses y medio desde que se inició la campaña de vacunación en Chequia, han sido aplicadas más de seis millones de dosis de las vacunas contra el COVID-19. Principalmente de las empresas Pfizer/BioNTech, pero también de AstraZeneca, Moderna o Johnson & Johnson.
Como últimos empezaron a registrarse para recibir la vacuna los más jóvenes, de entre 16 y 29 años de edad. Tras el escepticismo inicial, el ministro Vojtěch afirma que el interés es mayor de lo que se esperaba.
“De momento estoy contento. Porque se hablaba mucho de que los jóvenes no estaban interesados en vacunarse. Pero los datos no lo demuestran. Los números cambian todo el tiempo, pero ya se han registrado entre 500 000 y 600 000 personas de este grupo. Creo que no está nada mal, desde mi punto de vista no se registra un desinterés marcado por parte de los jóvenes”.
Mientras que Chequia se está preparando para empezar a vacunar también a los niños de entre 12 y 16 años, aún hay personas mayores que no han recibido la vacuna. En este aspecto desempeñarán un papel clave los médicos de cabecera, opina Vojtěch, que son quienes tienen la autoridad, más que los políticos, de convencer a sus pacientes para que se vacunen.
Queda claro que no todos están interesados en vacunarse contra el coronavirus, no obstante, de acuerdo con el ministro, aun así la tasa de vacunación entre la generación de los más mayores ronda el 80 %, resultado que considera satisfactorio.