RCh adopta nueva medida para combatir la droga

La venta de medicamentos con contenido de pseudoefedrina estará bajo riguroso control del Estado en la República Checa a partir de enero del próximo año. La medida será adoptada para reforzar la lucha antidroga, ya que algunos fármacos son utilizados para la fabricación de estupefacientes.

Tomáš Julínek y Tomáš Cikrt,  photo: CTK
A partir de enero del año 2009, los ciudadanos podrán comprar en una farmacia sin receta médica sólo un envase a la semana de medicamentos con pseudoefedrina. Éstos se aplican en caso de resfrío, dolores de cabeza y otras dolencias leves. La venta libre de los fármacos se controlará a través de un registro central que contendrá datos personales de los compradores. Según Tomáš Cikrt, portavoz del Ministerio de Salud, la medida permitirá al farmacéutico verificar si un paciente quiere adquirir una cantidad exagerada de fármacos.

“Hemos adoptado este paso para reducir la posibilidad del acceso a medicamentos que los drogadictos utilizan para la fabricación ilegal de drogas”, dijo Cikrt.

Los especialistas advierten que este paso podría impulsar el desarrollo del mercado negro de sustancias que se emplean en la fabricación de estupefacientes. Critican también la idea de un registro de compradores y recalcan que con ello se violaría la ley de protección de datos personales. Los peritos indican además que la medida llega tarde, en momentos en que en el país se registra un descenso del consumo de pervitín, una metanfetamina de fabricación casera.

Viktor Mravčík, jefe del Centro Nacional de Monitoreo de Drogas, insistió que nunca es tarde y apuntó que la República Checa sigue a la cabeza de los países de la Unión Europea en el consumo de pervitín.

“En este país se registran unos 20 mil consumidores permanentes de pervitín, o sea, personas que dependen de esa droga. Es un número elevado y excepcional a nivel europeo”, dijo Mravčík.

En el caso de la marihuana, un nueve por ciento de los checos la han probado en el último año. La República Checa se sitúa así en el segundo lugar, en cuanto al uso de ese estupefaciente, después de España.

El país ocupa también uno de los primeros lugares en Europa en el consumo de otras drogas como la cocaína y la heroína, según el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, publicado el jueves en Bruselas.