Problemas éticos de la medicina

El progreso de la ciencia plantea a la sociedad difíciles problemas éticos. Un tribunal praguense ha autorizado recientemente la inseminación de una mujer viuda con el semen de su difunto marido. Los especialistas cuestionan el veredicto alegando que el dictamen niega la tesis ética de que el feto debe tener ambos padres.

El fallo del tribunal del distrito Praga 9 ofrece una nueva esperanza a las mujeres que perdieron a sus maridos, pero que desean tener hijos de ellos. EL veredicto que permite la inseminación artificial de una viuda podría convertirse en precedente. Pero, ¿cómo surgió este caso? Al tribunal se dirigió una cliente de uno de los centros capitalinos de reproducción médicamente asistida.Su marido falleció tras someterse a un tratamiento de quimioterapia, pero antes había guardado una muestra de su semen en el centro de reproducción asistida.

La viuda solicitó al centro la inseminación artificial con el semen de su esposo fallecido, pero, en conformidad con la ley, los médicos se negaron a atender su solicitud. También se opuso la comisión ética del Ministerio de Salud. Y es que para obtener un bebé probeta se requiere en la República Checa que ambos padres den su consentimiento por escrito.

La jueza del tribunal de Praga 9 llegó, sin embargo, a la conclusión de que la exigencia de la cliente del centro de reproducción médicamente asistida es un derecho que garantiza a la mujer la Constitución de la República Checa y la Carta de los Derechos y Libertades Fundamentales.

El veredicto del tribunal praguense alega que las instituciones estatales no tienen el derecho de inmiscuirse en los derechos fundamentales e inalienables del hombre, como es el de tener un hijo. La incurable enfermedad y después la muerte del marido impidieron a la pareja engendrar un hijo, argumenta el tribunal. El deseo de la demandante de tender descendencia del esposo fallecido no conculca los principios de la ética, argumenta el tribunal.

Según la decisión del tribunal, el requisito de la ley que exige el consenso de ambos esposos respeco a la inseminación artificial, se cumplió al haber optado el marido por la conservación de su semen en un banco de esperma.

Varios especialistas checos opinan que el veredicto del tribunal praguense tiene también su lado negativo. Niega por lo menos la tesis ética de que el feto debe tener ambos padres. Por eso, en la República Checa está prohibida la inseminación artificial de mujeres solteras o de lesbianas.

El hecho de que el hombre y la mujer deban firmar un documento en el que expresan su consenso con la toma del semen y con su posterior descongelación y aplicación, representa en la legislación checa una garantía de que no ocurran casos semejantes al que tuvo lugar recientemente en Alemania: Tras el divorcio, una mujer optó por la inseminación artificial con el semen de su ex marido y ahora ha prosperado ante el tribunal su demanda de pago de alimentos. El avance de la ciencia plantea casos cada vez más intrincados.