Praga vuelve a tener su Columna Mariana
En el casco histórico de Praga luce desde este jueves una réplica de la Columna Mariana erigida en 1650 pero derribada por una turba de nacionalistas en 1918 tras la desaparición del Imperio austrohúngaro.
Desde hace más de 20 años, el escultor checo Petr Váña venía tejiendo un sueño: devolver a la Plaza de la Ciudad Vieja su Columna Mariana. Después de varias horas de intenso trabajo Váña vio este jueves como aquel deseo se volvía realidad, según indicó a la Radio Checa.
“Tuvimos que idear un sistema especial para conseguir el equilibrio perfecto de la columna. Deseamos que permanezca aquí por muchos siglos. Debo confesar que se trata de una sensación muy hermosa”.
La idea de instalar una réplica de la mítica columna topó con muchos detractores por más de 100 años, es por eso que el escultor Petr Váña no pudo ocultar su emoción ante los micrófonos de la Radio Checa.
“Durante mucho tiempo llevé la idea en mi mente, y hoy es realmente maravilloso ver que lo conseguimos, que el trabajo fue realizado”.
Muchos habían sido los intentos por devolver al corazón de Praga una réplica de aquella Columna Mariana, pues la original fue la primera columna barroca de su tipo en Bohemia y a partir de ella se desarrollaron las demás columnas marianas del país.
En 1650 el emperador Fernando III ordenó la construcción de la Columna Mariana como un acto de agradecimiento a la Virgen María por defender a Praga de las tropas suecas en 1648.
La columna se construyó en el lugar donde en 1621 habían sido ejecutados más de 20 líderes checos que se habían rebelado contra los dictados de Viena, lo que creo malestar en algunos sectores de la sociedad.
A partir del siglo XIX y en plena recatolización de las Tierras Checas la columna representó un símbolo del catolicismo y del dominio de los Habsburgo sobre los checos.
En declaraciones anteriores a la Radio Checa, el historiador Jaroslav Šebek recordó que los últimos momentos de la Columna Mariana de Praga coincidieron con un multitudinario mitin del Partido Socialista Nacional Checo y el Partido Obrero Socialdemócrata.
“El 3 de noviembre de 1918 tuvo lugar una gran manifestación en la Montaña Blanca, donde los oradores socialistas se dedicaron al tema de las ejecuciones de después de la batalla de la Montaña Blanca, y de cómo desde entonces los checos sufrieron 300 años sometidos a los Habsburgo. Y así, la multitud exaltada por estas ideas volvió de la Montaña Blanca al centro de la ciudad, y aquí ya había preparado un, digamos, happening”.
Uno de los más activos fue aquel día el anarquista František Sauer, que no dudó en tomar las cuerdas que acabaron tirando al suelo la pesada columna. Otros políticos de renombre presentes en el acto fueron las socialistas Milada Horáková y Fráña Zemínová, según dijo el historiador Jaroslav Šebek.
“František Sauer junto con los bomberos de Žižkov quería tirar abajo la Columna Mariana como símbolo de la derrota de la Montaña Blanca, algo que por cierto no era verdad. Así que la tarde del 3 de noviembre la columna fue finalmente derribada. Fue una especie de punto final de la monarquía de los Habsburgo, y con su caída, la Columna Mariana abrió la nueva etapa del Estado Checoslovaco”.
La turba exaltada se encaminó al puente de Carlos, querían lanzar al río trozos de la columna y algunos estaban dispuestos a destruir las estatuas del puente, pero gracias a la intervención de los soldados aquello no ocurrió.
Durante los primeros tres años de la fundación de Checoslovaquia se registraron muchos casos de destrucción de monumentos de la Iglesia católica.
La Columna Mariana, aunque se trate de una réplica, se yergue nuevamente en la Plaza de la Ciudad Vieja y sus promotores desean que sea aceptada como un símbolo de reconciliación, unidad y esperanza.
