Noticias Sábado 02 de ENERO de 1999
Con motivo del inicio del Ano Nuevo, el Presidente de la República Checa, Václav Havel, pronunció un discurso, del cual hemos seleccionado algunos fragmentos.
En el comienzo de su discurso, Václav Havel senaló que el inicio del ano 2000 y la aproximación de un nuevo milenio constituyen una buena oportunidad para reflexionar sobre nosotros mismos, el mundo y el sentido de las cosas. Destacó que al hacer referencia a la situación actual en el mundo se ve obligado a afirmar que ésta es realmente alarmante. Por un lado crece constantemente la población de la Tierra, dijo Václav Havel, pero por el otro, el hombre destruye conscientemente los valores que deberían servir tanto a las generaciones actuales como a las venideras. Como ejemplo senaló la explotación sin límites de las riquezas naturales, la extinción de varias especies animales o la cada vez más creciente contaminación del medio ambiente.
Junto con ello, constató el Presidente de la República Checa, Václav Havel, el mundo se globaliza cada vez más y de este fenómeno la civilización humana adopta tanto lo positivo como lo negativo. Lo positivo consiste en la unificación del mundo en un espacio único: el de la informática, el comercio, la cultura, etc., y lo negativo es el crimen organizado, el terrorismo, conflictos entre diferentes culturas y etnias.
Lo mismo ocurre en el caso de la economía de mercado, sostuvo Václav Havel. Por un lado ésta brinda amplias posibilidades, y por otro facilita diversos tipos de injusticia económica, de explotación de los países pobres por los más ricos. La idea de los derechos humanos y de las instituciones democráticas se va extendiendo por el mundo, pero junto con ello crece cada vez más el poder del dinero, siendo pisoteados los valores morales, sostuvo Václav Havel en su discurso de Ano Nuevo. Anadió que por el momento, lamentablemente, existe en el mundo poca disposición para hacer cambiar esta negativa orientación del desarrollo de la civilización humana. El hombre actual, destacó Havel, actúa como si fuera perdiendo la humildad que le caracterizó a lo largo de siglos, la responsabilidad por el mundo en general. Como si la consciencia no lograra mantener el ritmo de desarrollo con la ciencia, la técnica, etc., y el hombre se sintiera dueno exclusivo del Universo.
Havel senaló más adelante que en vista de lo dicho, todos nosotros deberíamos empenarnos por el buen futuro de la civilización humana y asumir la responsabilidad no sólo por sí mismos, sino también por el resto del mundo. Debemos tener presente que además de la República Checa existen países como Rwanda, Somalia, Corea del Norte, o como Venezuela que actualmente enfrenta una de las más difíciles catástrofes naturales de su historia y que todos estos países forman parte de una única familia - la Humanidad.
En la parte final de su discurso con motivo del inicio del nuevo ano, Václav Havel reflexionó en torno a la situación en la República Checa. Sostuvo que a pesar de los logros alcanzados en los últimos diez anos, últimamente somos testigos, lamentablemente, de un alejamiento entre la política y la vida cotidiana, del egoísmo y del poco respeto a las normas jurídicas y morales. Havel se dirigió en su discurso a la población checa exhortándole a transformar el ano 2000 en el ano de los cambios. De cambios en la cultura política, en la escala de valores, en el entendimiento del papel y el sentido del Estado. El Presidente afirmó junto con ello que no todo en la sociedad checa es malo. "Existe en ella un enorme potencial de buena voluntad, de laboriosidad, creatividad y amabilidad. Y de lo que se trata ahora es de abrirle el espacio necesario a este potencial, tarea que tiene ante sí toda la población de la República Checa", concluyó su discurso con motivo del Ano Nuevo el Presidente de la República Checa, Václav Havel.