Jakub Hrůša lleva Jenůfa al Royal Opera House antes de convertirse en su director
El reconocido director de orquesta checo Jakub Hrůša se prepara para asumir como director musical de la Royal Opera en Londres. Antes, presenta en el Covent Garden de la capital inglesa la ópera checa Jenůfa de Leoš Janáček. En entrevista con RPI, Hrůša reflexiona sobre este momento excepcional de su carrera, del que Chequia puede sentirse orgullosa.
Antes de asumir su cargo como director musical de la Royal Opera de Londres, el aclamado director checo Jakub Hrůša estrena en Covent Garden la Jenůfa de su compatriota Leoš Janáček. En entrevista con Radio Praga Internacional, Hrůša se refirió a lo que significa llevar una obra checa a la escena londinense.
“Lo que realmente importa, creo, es la convicción y, por lo tanto, la capacidad de persuasión de todos los implicados. Esa es mi principal tarea. Y debo decir que estoy teniendo éxito en mi propósito, me parece. Pero el mérito es, en realidad, de Janáček y su genio”.
Desafío doble
La obra se ha estrenado este mes y seguirá en cartel hasta el 1 de febrero de este año. Por otro lado, el director de orquesta asumirá su rol en la ópera británica a partir de septiembre de este 2025. Ambos retos, opina, tienen un condimento especial vinculado a su origen checo.
“Sinceramente, no es solo que mi nombramiento como director musical de la ópera esté siendo seguido de cerca; cuando se trata de interpretar música checa, creo que soy visto como una especie de apóstol, porque vengo de República Checa, por lo que realmente represento a esta música, si puedo decirlo así. Así que siento que todos están siguiendo con mucha atención lo que hago y todos están trabajando muy bien conmigo, ya sea el coro, la orquesta y el equipo de producción con el que trabajamos en un ambiente increíble. Así que, de hecho, estoy bastante seguro de que quienes vengan al teatro a ver Jenůfa vivirán una experiencia fantástica”.
Una ópera poderosa, pero no tan conocida
La ópera Jenůfa toma su título del nombre del personaje principal, quien está enamorada de Števa, un hombre alcohólico del que queda embarazada. La madre de este, el personaje conocido como la Kostelnička, ha tenido una historia similar a la de la desdichada protagonista, quien, además, es desfigurada por otro hombre, Laca. Este es un pretendiente que, al ser rechazado, pierde el control. A pesar de todo el drama contenido en esta historia, Hrůša es consciente de que esta pieza no es de las más reconocidas a nivel internacional. Sin embargo, según su parecer, la verdadera presión no se encuentra sobre sus hombros cuando de vender entradas se trata.
“Janáček no es un nombre tan conocido en el mundo de la ópera. En general, como Verdi, por ejemplo, la escena cultural de Londres está llena de proyectos maravillosos de todo tipo. Así que, paradójicamente, creo que la verdadera presión no recae sobre mí, sino sobre el departamento de marketing”.
Londres, la ciudad de las posibilidades
En un momento tan especial de su vida y de su carrera, el maestro no deja pasar la oportunidad para reflexionar sobre las oportunidades que se le presentan en la actualidad, verdaderos hitos de los que Chequia puede sentirse orgullosa.
“Es definitivamente un nuevo capítulo en mi vida. Un capítulo emocionante y muy bienvenido. Siempre me ha gustado el repertorio operístico, pero debido a las circunstancias de la vida, no tuve suficientes oportunidades para dedicarme a ello, como hubiera deseado. Nunca me ha interesado el ritmo frenético y la calidad superficial de las producciones de muchas instituciones, en donde el nivel de interpretación no está realmente en manos del director, sino en las de las estrellas, en todos los sentidos de la palabra. Pero la Royal Opera es una institución que se enorgullece de su trabajo de calidad, su preparación minuciosa y el trabajo con los mejores artistas vocales. Tiene un coro muy estable y una orquesta increíble que opera con los mismos principios que las mejores orquestas sinfónicas”.
Además de por su prestigio y tradición, Londres y su ópera tienen un valor muy especial para Hrůša.
“Lo que uno crea y transmite en los ensayos se refleja realmente en el resultado final. Así que no lo digo como una frase hecha cuando digo que esto no es exactamente igual en otros lugares y que todo me parece tan hermoso aquí en Londres. Y si a eso le sumamos que mi familia vive aquí conmigo desde hace casi nueve años, entonces todo resulta en una una suma de entusiasmo y ganas. Por supuesto, estoy intentando, con éxito, creo, no perder el contacto con orquestas sinfónicas que me resultaron muy interesantes, como la Sinfónica de Bamberg, la Filarmónica Checa, y otras, como la Filarmónica de Berlín y la Filarmónica de Viena, etc. Pero el principal compromiso de tiempo y el enfoque de mi actividad están ahora en Londres”.
En busca de los milagros
Acerca del desafío de aplicar su impronta en una institución con tanta tradición, el director confiesa que este reto no le despierta mayores preocupaciones, ya que su objetivo es, únicamente, ser una buena influencia para el conjunto de músicos, de modo que la magia ocurra en el escenario.
“Créanme, no hago nada en particular en ese sentido, al menos conscientemente. El equilibrio es algo que está en mi naturaleza, es algo que llevo muy profundamente en mi interior. Uno es quien es, yo soy quien soy. Y, al mismo tiempo, admiro mucho las obras de los maestros, de los grandes compositores. Me aproximo a ellos con mucho respeto. También admiro el trabajo de mis colegas directores de escena. Así que no creo que haya peligro de que el resultado no tenga una impronta personal. Lo que importa es que los demás te sigan y se sientan inspirados por ti y, si es así, entonces pueden ocurrir milagros. Y yo haré todo lo posible por que ocurran”.
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