La "desertora" del canal de Putin sobre la que el Kremlin emitió una orden de arresto internacional
La periodista rusa Farida Kurbangaleyeva, antigua presentadora de los informativos en el canal estatal Rossiya, dejó su trabajo y su país tras la invasión de Crimea y se mudó a Praga tras entender que “no estaban diciendo la verdad, sino haciendo propaganda”, según sus propias palabras. Radio Praga Internacional habló con la periodista incluida en la lista negra del Kremlin.
Farida Kurbangalayeva, antigua presentadora de las noticias en el canal Rossiya, conocida habitualmente como la televisión de Putin, vive en Praga desde el año 2014, desde donde tiene su propio canal en YouTube o participa en otros proyectos de información independiente sobre Rusia por lo que el Kremlin primero la incluyó en su lista de ‘agentes extranjeros’, para luego pasar a ser una extremista y finalmente acusarla de hacer apología del terrorismo y emitir una orden de captura internacional.
Nacida en la ciudad tártara de Kazán, a orillas del Volga, decidió exiliarse de Rusia por el rumbo que estaban tomando los acontecimientos en su país y por el papel que a ella le tocaba como una de las caras más conocidas de los servicios informativos de su país, como contó a Radio Praga Internacional.
“Fue a finales de 2014 y no fue una decisión nada fácil para mí. Por supuesto que estuvo relacionado con lo que estaba pasando en Ucrania. Después de los Juegos Olímpicos de Sochi, comenzaron los disturbios en el Maidán en Kiev y luego llegó Crimea y la invasión del este de Ucrania, la primera fase de la guerra, que nadie llamó guerra en ese momento… Y yo informaba a una audiencia de muchos millones de personas sobre todos estos eventos. Los participantes en el Euromaidán eran etiquetados por la televisión rusa como seguidores de Stepán Bandera, nazis, y ya no recuerdo cuántas cosas más, pero son todos los insultos que la televisión rusa sigue usando hoy en día. Yo tenía claro que no estábamos diciendo la verdad, que ya no estábamos informando, sino haciendo propaganda”.
La conciencia y los valores en el periodismo en tiempos de guerra
Farida Kurbangalayeva había conocido Praga en 2002 en su viaje de novios y pensó que le encantaría vivir en la capital checa sin imaginarse que terminaría mudándose a la ciudad en dramáticas circunstancias. La periodista recuerda el miedo antes de dar el primer paso.
“No era ninguna revolucionaria, no era lo suficientemente valiente para enfrentarme a nadie, cerrar la puerta de un portazo y marcharme. Estaba allí con miedo de hacer nada. No es agradable ser una persona con dos caras que dice una cosa en la televisión pero piensa otra. No es fácil vivir con esto. Sé que hay personas que viven así desde hace décadas, pero para mí era insoportable. Pero quiso la suerte que me quedase embarazada, lo que me dio una buena oportunidad de irme tranquilamente de la televisión con la baja de maternidad. Pero yo ya tenía claro que no volvería a presentar las noticias”.
De la periodista tártara dicen a menudo medios rusos gubernamentales que se fue de Rusia en cuanto se produjo la anexión de Crimea. Dice Kurbangaleyeva que “por desgracia no fue tan rápido”, no tuvo el coraje, y que, de hecho, cree que fue ella la primera en dar esa noticia al país aquella tarde de marzo de 2014.
Fue la grabación de un documental y una oferta que le llegó de Radio Free Europe, la emisora estadounidense con sede en Praga, la que la armó de valor para hacer las maletas. De todos modos, no es fácil y no sorprende a Farida que no haya muchos más periodistas en una posición como la que ella gozaba que lleguen a tomar una decisión así.
“Hay de todo. Entre mis antiguos colegas hay quienes creen sinceramente en lo que predican. En este sentido, son personas felices sin remordimientos que salen tranquilamente en pantalla diciendo que Mariúpol fue destruida por el propio ejército ucraniano y que no hubo asesinatos, violaciones ni robos en Bucha, que eso son mentiras ucranianas. Luego, por supuesto, hay gente que lo hace por la fama y el dinero. Los salarios, cuando se hace propaganda, son realmente altos y se incrementaron varias veces después del inicio de la guerra. Los sueldos ahí son al menos diez veces el salario medio en las regiones rusas. Y ahora imaginen a alguien que vino de alguna de estas regiones, que hizo un esfuerzo enorme, se abrió paso a codazos y caminó sobre cadáveres para llegar a la televisión estatal, ¿esta persona va a renunciar ahora a todo por conciencia y principios? Por lo que yo he visto, la gente en este ámbito no tiene principios. Los domina un deseo de fama, de salir en pantalla, de reconocimiento, estatus y dinero”.
"Pensar en que podrían matarte solo hace que entres en pánico, no ayuda, si te quieren atrapar, lo harán..."
Dice la periodista que muchos de estos antiguos compañeros suyos no tendrían mayor problema, en el caso de un súbito cambio de gobierno, en adaptarse y dar la información que quisiera la actual oposición.
Farida Kurbangaleyeva en un momento dado sí quiso terminar con su carrera periodística, pero asegura que, especialmente por la invasión de Ucrania, sentía la necesidad de decir alto y claro lo que estaba pasando. Trabajó un tiempo también para una televisión en ruso con sede en Praga, Current Time, pero fue sobre todo su canal de YouTube lo que la llevó a entrar finalmente en 2024 en la lista de terroristas reclamados internacionalmente por el Kremlin. ¿Qué se siente en semejante situación? ¿Tiene miedo Farida Kurbangaleyeva?
“Quién sabe lo que tiene Putin en mente... Se sabe que es una persona vengativa. Yo no creo que Putin sepa que existo, pero sus asistentes pueden tener listas de personas que son desertores según su punto de vista. Qué sé yo de los planes que puedan tener. Pero no tiene sentido pensar en que podrían incluso querer matarme, eso sólo te da pánico, te desestabiliza y no te puede ayudar en modo alguno. Si quieren atraparme, lo harán...”.
La hermosa Rusia del futuro
¿Y cómo ve el futuro de su país esta periodista exiliada?
“En cierto modo, creo en esa "hermosa Rusia del futuro", como reza el lema de la oposición. Pero no será pronto. No creo que cuando Putin se muera lleguen inmediatamente al poder personas que profesan valores democráticos liberales. Definitivamente, eso no va a suceder. Putin tiene una pirámide sólida en la que se apoya. Él está en la cima, debajo de él hay un bloque macizo de todo tipo de burócratas, estructuras de poder, servicios secretos, etc. Es toda una red de personas. No entregarán el poder fácilmente. Creo que ya tienen algún tipo de plan en caso de que Putin enferme gravemente o muera. Pero, igualmente, creo que ese día llegará, que el bien vencerá al mal y terminará este período oscuro en la historia de Rusia y el mal que Rusia trae al mundo. Pero si pensamos en un horizonte de 10 años, no creo que lo logremos”.
Casi 60.000 personas siguen el canal en YouTube de Farida Kurbangaleyeva, al que la periodista dedica la mayor parte de su tiempo mientras no llegue ese futuro en el que pueda volver a su país y, quizá, presentar los noticieros del primer canal estatal.