GZ Media, los mejores discos del mundo
Rolling Stones, Lady Gaga o U2 son solo algunos artistas cuyos vinilos se fabrican en el pueblo de Loděnice, cerca de Praga. Desde ahí, GZ Media controla un cuarto del mercado mundial de vinilos. Este año, creó la caja de vinilos de George Harrison que se llevó el Grammy a la mejor edición especial.
La compañía GZ Media es el mayor fabricante de vinilos del planeta. La fábrica situada en el pueblo de Loděnice, cercano a Praga, cubre con sus discos un cuarto del mercado mundial. Sus aproximadamente 2000 empleados son capaces de crear hasta 200.000 nuevos vinilos por día. La producción en 2021 llegó a la cifra de 51 millones de discos. Entre ellos se encuentran los intérpretes más destacados del mundo, como, por ejemplo, Rolling Stones, Beatles, Lady Gaga o U2. Este año, GZ Loděnice produjo un set de vinilo especial, que se mereció un Grammy, según reveló a Radio Praga Internacional el director general de la compañía, Michal Štěrba.
“La música tiene muchos galardones y muchos concursos. La mayoría de las veces se deben a la obra artística en sí. Luego también existen concursos que se refieren a la elaboración del disco. Nosotros obtuvimos varios premios así. El más importante recientemente es el Grammy por la mejor edición especial que este año ganó el set de vinilo especial de George Harrison, fabricado en nuestra empresa. Nosotros no ganamos el premio, lo ganó la editorial, pero nosotros trajimos el producto al mundo desde el comienzo hasta el final”.
La tradición de la fabricación de vinilos en Chequia data de la Primera República Checoslovaca, cuando se fabricaban discos en ciudades como Praga o Ústí nad Labem. La historia de la compañía de Loděnice comienza con la revolución comunista en febrero de 1948 cuando se consolidan y nacionalizan las fábricas de la industria de tocadiscos y la producción se centraliza en el pueblo de Loděnice, donde el primer vinilo surge en 1951.
GZ Media registraba un gran éxito hasta finales de los años 80, cuando el soporte del disco empezó a ser reemplazado por los discos compactos. El menor número de vinilos se fabricó en Loděnice a mitad de los años 90, cuando la producción anual alcanzaba tan solo los números que alcanza la producción actual de dos días, es decir, unos 300.000 discos. ¿Cómo es posible, entonces, que la fábrica sobrevivió hasta el día de hoy? También eso explicó para Radio Praga Internacional Michal Štěrba.
“Desde siempre supimos que queríamos ser los últimos en mantener la producción de discos. Por una parte, la razón fue el respeto hacia la tradición que existe en Chequia y, por otra parte, nosotros siempre veíamos el sentido comercial en esta labor, aunque la fabricación fuera escasa. Nos sorprendió que una cosa, que fue más cuestión de nostalgia, llegara a ser algo con un potencial económico, algo que crece. Y nosotros basamos nuestro futuro en ella”.
Cuenta Štěrba que la compañía tuvo que adaptarse a lo cambios en la industria musical, así que debido a la falta de interés por los discos GZ Media comenzó a fabricar casetes, luego CD y, posteriormente, DVD. Al principio del nuevo milenio la gestión de la empresa no creía que algún otro formato reemplazara a los CD y el deseo de sobrevivir les llevó a la idea de acompañar los soportes con un embalaje atractivo. Empezaron a crear un nuevo departamento poligráfico y ofrecer sus servicios en este ámbito también fuera de la industria musical. Hoy en día, GZ Loděnice cuenta con una división poligráfica que crea embalajes para teléfonos, alcohol o productos de belleza. “Tuvimos que tomar buenas decisiones para sobrevivir y lo hicimos muy bien”, concluyó Štěrba esta parte de la historia de su compañía. La empresa consiguió sobrevivir hasta que los vinilos registraran un renacimiento. Explica Štěrba que la demanda por los vinilos crece constantemente desde hace unos 10 años, cuenta con una base de aficionados muy firme que no desaparecerá repentinamente y ofrece su teoría del por qué sucede así.
“Creo que la razón es la misma por la que la gente en la época digital sigue comprando libros en papel. Si me gusta la música, no la consumo solo mediante plataformas digitales, sino que tengo en casa un producto que puedo exponer, leer, mirar, enseñárselo a alguien, que me produzca alegría, ponerlo en un tocadiscos y escucharlo en otra dimensión, vivirlo. En esto los vinilos son, hasta cierto punto, irreemplazables".
Los vinilos originales de los años 60 se fabricaban a partir del shellac, material muy pesado que, además, corría el riesgo de romperse. Hoy en día se utiliza el copolímero que es más flexible y no es tan fácil de romper. Cuando un artista o una editorial entregan su grabación y el diseño gráfico a la empresa GZ Loděnice, primero se fabrica un “master”, es decir, en una placa de cobre se crea la primera estría. A partir de la estría es necesario tomar su imagen inversa, la llamada “matriz”. La hoja de metal se sumerge en un baño, donde se cubre poco a poco de níquel. Una vez que la capa de níquel es lo suficientemente gruesa, las dos capas de separan y se crea la matriz. Ésta, a continuación, se mete junto a la etiqueta y la masa de vinilo a la prensa y bajo una presión de entre 100 y 150 toneladas y con una temperatura de unos 160°C se prensa el disco final. En las condiciones estándar, el proceso de la prensa dura entre 20 y 30 segundos. Al final, surge un producto que puede llevar el nombre de, por ejemplo, Rolling Stones o Beatles, pero también puede ser un artista de la generación más joven, como, por ejemplo, Dua Lipa, Ava Max o Zara Larsson, según contó Štěrba.
“Hoy en día cada gran artista tiene su álbum o su obra en un vinilo. Algunos volvieron a él, como, por ejemplo, Rolling Stones o Beatles, para estos grupos realmente fabricamos mucho. Pero también hay muchos artistas nuevos, jóvenes, en cuyo caso uno no se esperaría encontrar su obra en este tipo de discos, pero al mismo tiempo son los artistas más vendidos de la industria de tocadiscos”.
Actualmente, la empresa GZ Media cuenta con ocho fábricas tanto en Europa como en América del Norte. La primera surgió en Burlington cerca de Toronto y hasta hoy en día es la planta más grande. Esto, sin embargo, cambiará en el futuro cercano con el supuesto crecimiento de las plantas estadounidenses de Memphis y Nashville.
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