Praga se volvió loca hace 25 años con Michael Jackson
Michael Jackson eligió la capital checa para iniciar la gira mundial de su álbum HIStory, causando que muchos de sus fans checos perdieran la cabeza.
Una multitud enloquecida acogió a la superestrella del pop frente al hotel InterContinental en el centro de Praga el 3 de septiembre de 1996. Una estatua suya fue erigida en el parque de Letná, precisamente en el mismo sitio donde varias décadas antes se alzaba una de Stalin.
Jackson trajo de Los Ángeles a Praga 1 200 toneladas de equipamiento para el concierto. Los efectos pirotécnicos y luminosos, las proyecciones, los trajes que se encendían y se apagaban y las coreografías fueron algo que los checos nunca habían visto antes. Mientras que algunos críticos calificaron el concierto de circo ridículo, para muchos asistentes fue sin duda uno de los mejores momentos de sus vidas.
Durante los tres días que el rey del pop pasó en Praga, paseó por la ciudad, se encontró con el presidente Václav Havel, quien asistió también al concierto, visitó un orfanato y también el Centro de Traumatología Infantil del hospital de Motol. En retrospectiva, resulta extraño que invitara a su apartamento cada día a un niño para entrevistarlo. Pero era el año era 1996 y Michael Jackson era el indisputable rey de la música pop.
Unos 120 000 espectadores asistieron al concierto en la planicie de Letná y otros miles de fans se apretaban tras la reja. Se trató de un concierto extraordinario para Chequia, superado solo por los Rolling Stones a los que escucharon en 1995 en el estadio de Strahov unas 130 000 personas.
