Chequia se prepara para repeler una eventual nueva ola de COVID
El Gobierno checo aprobó nuevas medidas para hacer frente a la epidemia de COVID-19 a partir de septiembre. Al inicio del año escolar se harán tres pruebas de coronavirus a los alumnos y las instalaciones culturales y deportivas aprovecharán la totalidad de su aforo.
La máxima responsable de sanidad de la República Checa, Pavla Svrčinová, considera que la situación epidémica puede empeorar en el otoño. Los viajeros que estuvieron de vacaciones en el exterior retornarán al país y los estudiantes volverán a clases.
No obstante, en declaraciones a la Televisión Checa, la experta indicó que es muy probable que la nueva ola no sea tan dramática para la población como lo fuera hace un año.
“Podemos esperar que la situación epidemiológica empeore en el otoño, por lo que estamos preparando estrategias para una nueva ola. Estimamos que debería estar en alrededor del 70% de la del año pasado“.
Los especialistas, pero sobre todo el Gobierno fue criticado en el pasado por la oposición y algunos sectores de la sociedad que indicaban que en la lucha contra la pandemia faltaban programas de prevención. Hoy se escuchan voces que sostienen que los planes son excesivos, sin embargo, Svrčinová dijo que es mejor prepararse para una situación extrema aunque al final no llegue.
“Creo que antes de ir a una batalla, todos los generales se preparan para lo peor, y cuando aquello no ocurre, se percibe un gran alivio. Nosotros nos estamos preparando para lo peor, porque consideramos que la vuelta a clases traerá cierta alteración del estado actual y todos pasaremos más tiempo en los espacios interiores“.
La máxima responsable de sanidad, Pavla Svrčinová, justificó los planes de prevención haciendo énfasis en el peligro que representa la rápida propagación de la cepa Delta.
“Hemos vacunado a un poco más del 50% de la población y muchas personas superaron la enfermedad, pero tenemos aquí un nuevo factor que es la mutación Delta. Se trata de una propagación muy rápida, es suficiente un contacto breve con un infectado y a una distancia mayor“.
A pesar de los avances de la campaña a favor de la vacunación masiva, muchos adultos mayores no se han vacunado y esto puede convertirse en un problema serio para la sociedad, según dijo Svrčinová.
“Todavía tenemos entre 400 000 y 450 000 adultos mayores que no se han vacunado ni superado la enfermedad. En caso de que se contagien en el otoño, podrían saturar los hospitales, es sabido que la mayoría de las personas que terminaron en las unidades de cuidados intensivos no estaban vacunadas. Parte de nuestra estrategia es poner en marcha unidades móviles para inmunizar a los ancianos que no pueden trasladarse a los centros de vacunación”.
La falta de vacunados no es el único problema que quita el sueño a los expertos. Se ha demostrado que los controles en los aeropuertos y pasos fronterizos cubren tan solo a un 10% de los viajeros que ingresan al país, al tiempo que las autoridades han confirmado una situación ambigua en muchos bares, restaurantes y hoteles donde, a pesar de que las directrices lo exigen, nadie pide a los comensales o huéspedes certificados de vacunación o pruebas negativas de coronavirus, sin olvidar que han dejado de usar mascarilla en lo interiores y violan las reglas elementales de protección sanitaria.