Joven mexicano enseña arte a niños invidentes checos
Su sueño es formar a un artista invidente. David Treviño, de Monterrey, México, abandonó los estudios de medicina para poder dedicarse al arte, mediante el cual ayuda ahora a los demás. David Treviño ha llegado recientemente a la República Checa para trabajar con niños invidentes.
El joven artista mexicano David Treviño fue invitado a Praga para organizar un taller de cerámica en la escuela Jaroslav Jezek que se especializa en trabajar con personas con problemas de vista e invidentes.
"Preferí trabajar más sistemático que libre porque para los invidentes a veces se complica un poco y yo no tenía mucho tiempo, sólo tres semanas. Entonces, se construyeron unas pequeñas casas al estilo checo, de dos aguas, utilizando desde primero la técnica de placa. Yo traje por partes diferentes lo que es una casa, y ellos primero hacían un techo, después una pared, y luego le abrían la ventana ... Ellos podían, con ayuda de sus asistentes, ir elaborando paso a paso las partes de la casa para finalmente, ya un poco oreadas estas partes, ensamblarlas. Al final cada casa fue muy diferente. Resultaban casas más grandes, con más ventanas, más puertas, sin puertas. Era también un poco de ejercicio de arte-terapia para ellos", dijo David Treviño.
Los niños de entre diez y diecisiete años, que participaron en el taller, presentaron luego sus obras en una exposición donde podían tocar las piezas que ellos mismos habían producido, al igual que sus compañeros. David Treviño trajo además de México a Praga un proyecto especial.
"Se trata del arte por medio del tacto. Es muy difícil a veces hablar del arte abstracto para alguien que no ve. Entonces, por medio de cuatro piezas hice una serie que representaba la figura de una mujer que va perdiendo la forma hasta terminar en una hoja. Es decir, conservaba lo que son las curvas, lo terso de la piel o de las líneas de su cuerpo, pero continuaba haciendo unas formas de lo que es la hoja. Entonces, en el proceso perdía su forma, pero quedaba la esencia. En lo abstracto a veces no hay forma, sino esencia. De esa manera ellos con su tacto podían percibir, digamos, esa esencia".
David Treviño visitó la República Checa por primera vez el año pasado, invitado por el cónsul checo en Monterrey, Radko Tichavský, y la Agencia Fujimoto Promociones. Entonces ofreció un curso de arte-terapia para personas discapacitadas en Jeseník, Moravia del Norte. Allí contactó con él Michaela Bernkopfová de una asociación cívica que apoya las actividades para invidentes en Praga.
"La experiencia fue muy grata, trabajar con ellos, desde luego, ver como es el sistema aquí. Me asombró porque hay mucha gente muy sensible para esto. Estoy muy contento", apuntó el artista mexicano.
David Treviño financia su estancia en la República Checa con sus propios recursos. En los próximos días consultará con el director del Instituto de Oncología Masaryk y decano de la Facultad de Medicina de Brno, Jan Zaloudík, un proyecto de arte-terapia para enfermos de cáncer.