Rumanía, tierra prometedora para los empresarios checos

Rumanía es la tierra de las mil oportunidades para los empresarios checos, coinciden los que ya han entrado en el mercado de ese país poscomunista en el Sudeste de Europa. La demanda supera la oferta en la construcción y en todos los sectores que requieren altas tecnologías.

"Todo el que venga con capital, con una buena idea y con una buena gerencia tiene la oportunidad de triunfar", afirma Oldrich Bláha, dueño de una oficina de consultoría en Bucarest que ayuda a los inversores checos a penetrar en el mercado rumano.

Rumanía
Rumanía con 22 millones de habitantes posee un gran potencial comercial, que aumentará aún más con el ingreso del país en la Unión Europea, previsto para el 1 de enero de 2007. Además, Rumanía dispone de una mano de obra cualificada provista de conocimientos lingüísticos. Lo que le falta es la organización del trabajo y expertos en gestión de empresas. El boom se registra actualmente en el sector de la construcción.

Los empresarios checos no deberían vacilar mucho, ya que las lagunas del mercado rumano se van llenando. En Rumanía han abierto sucursales, entre otras, la Empresa Energética Checa, CEZ, la compañía farmacéutica Zentiva y varias empresas alimenticias, de construcción y de telecomunicaciones.

La ventaja de los checos frente a los empresarios occidentales consiste en compartir con los rumanos la misma experiencia histórica con un régimen comunista. La situación económica y legislativa en Rumanía se asemeja a la en la República Checa en los años 90.

Los checos gozan en Rumanía de buena fama, siendo considerados como organizadores aptos como los alemanes, pero a la vez personas con un carácter más cercano a los habitantes del Sudeste de Europa. Por su parte, los empresarios checos valoran que los rumanos son abiertos y agradables. Las únicas dificultades se deben a que los empleados rumanos no suelen tomar iniciativas, teniendo miedo de asumir responsabilidades. También hay que contar con demoras a la hora de pagar.