La ejemplaridad del transporte público en Praga
Viajar en el transporte colectivo praguense es un lujo, por la eficiencia y puntualidad de los servicios y por lo accesible de sus precios, porque aunque los usuarios se quejen de las últimas alzas, sigue siendo uno de los más baratos de Europa.
Francisco Quiroga, un chileno asentado en la capital checa hace mucho tiempo, es un admirador del sistema y destaca la variedad y, sobre todo, la puntualidad del mismo.
“Es una sola empresa que maneja todos los transportes y tienen metro, tren, tranvía, bus, funicular y ferry y todo eso está unido, la misma empresa, y un boleto te sirve para viajar en todo eso. Y es de frecuencias muy bien hechas, de trazados muy bien diseñados, y horarios que se cumplen. Cada parada tiene la hora a la que llega el bus y todo funciona bien”, afirma.
El carné anual es incluso más barato que el mensual, y es el preferido por Francisco, ya que lo compra una vez y ya no se preocupa más en todo el año. Paga cerca de 180 euros a comienzos de enero y viaja todo lo que quiere.
“Funciona muy bien, es muy eficiente. Funciona también en base a la confianza en la gente. Tú de hecho te subes al bus y no pagas ni hay ningún torniquete ni control y el chofer confía en que tú pagaste tu boleto”, agrega. Eso sí, de vez en cuando, inspectores controlan que cada pasajero lleve su boleto validado y de lo contrario, multa.Al ser consultado Francisco sobre las similitudes o diferencias entre el transporte público aquí en Praga o el de su país, se ríe. “Santiago de Chile sufre de un tiempo a esta parte una verdadera crisis en el sector, así que no hay comparación que valga”, sostiene.