Las hipnóticas melodías de Juana Molina llegan a Praga

La cantautora argentina Juana Molina hipnotizó al público checo con su colección de melodías de ambiente electrónico y carácter experimental. El concierto formaba parte de la gira europea de presentación de su último álbum: “Un día”.

Un collage musical, canciones interpretadas con tijeras y pegamento. Así se podría definir la actuación de Juana Molina el miércoles por la noche en la sala Lucerna Music Bar de Praga. Durante la presente gira la compositora argentina es acompañada por primera vez por un batería y un bajista, pero el resto lo sigue haciendo todo sola. Interpreta pasajes de voz, teclado y guitarra, los graba y los reproduce en forma de loops, acumulándolos y jugando con ellos. Una espiral de música que atrapó la atención de los presentes.

El concierto sirvió de presentación en la República Checa de su quinto y de momento último disco, “Un día”, que Molina define como más salvaje que los anteriores.

“Es muy difícil decir qué hay de nuevo porque uno va transitando un camino y se va deteniendo en algunos puntos para poner en una canasta todo lo que fue juntando. Podría decir que es un disco un poco más crudo. Un poco más desprolijo también. A pesar de que está todo muy cuidado, muy prolijamente desprolijo digamos. O sea, no arregle casi nada de las cosas que toqué. Cuando hay cosas que están medio mal quedaron en las grabaciones. No me detuve mucho a editar, sino que me detuve en saber si estaba el feeling de la canción bien”, explicó.

Juana Molina está considerada como una de las voces más prometedoras de Argentina y su repercusión internacional no deja de crecer, sobre todo en Estados Unidos, donde ya ha obtenido varios premios. Sin embargo ya había alcanzado la fama antes de grabar su primer álbum, gracias a su faceta de comediante televisiva en el programa “Juana y sus hermanas”.

No obstante, Molina considera su paso por la televisión más bien un accidente de las circunstancias, un intermedio en su carrera musical al que no piensa volver.

“Yo empecé como música y me desvié porque necesitaba dinero para vivir sola. Y entonces me busqué un trabajo que pagara bien y tuviera que trabajar poco. Se me ocurrió que la televisión era una buena manera y tuve mucha suerte. Me fue muy bien, pero me fue tan bien que me alejó de la música. O sea, lo que me iba a salvar en un momento me alejó de mi primer objetivo, que era poder tener tiempo libre para tocar música. Y cuando me di cuenta de que estaba atrapada, casi sin salida, decidí dejar la televisión y volver a la música antes de que fuera muy tarde”, nos contó.

Así que ahora su horizonte viene marcado únicamente por su desarrollo como compositora. En sus próximos discos, Molina intentará profundizar en la faceta bailable de su música, latente en sus anteriores trabajos pero que se ha manifestado con mayor claridad en este “Un día”. De momento tendremos que conformarnos con esperar su vuelta.

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