Difundir la música andina: el pasaporte de Edwin Aguirre hacia Praga

Encuentro, foto: www.atriumzizkov.cz

La pasión por la música fue lo que empujó a Edwin Aguirre a viajar a Europa, hace ahora más de 25 años. Ése mismo amor por la cultura y el folklore de los andes es, ahora, su carta de presentación en Praga, una ciudad, de la que dice estar enamorado. Radio Praga conversó con este músico andino, en vísperas de su concierto debut en la capital checa.

Corría el año 90 cuando el grupo Tinkunaku tuvo la oportunidad de exportar la música y cultura tradicionales de los Andes a Europa. Austria, Alemania y Francia fueron testimonios de una cultura ancestral que iba a captar todavía muchos más adeptos. Edwin Aguirre, alma de Tinkunaku, nos cuenta su aterrizaje en Europa.

“En el año 90 llegué a Europa, a Viena, en motivo de un festival de la UNESCO, organizado por un amigo boliviano de la misma ciudad que yo, Potosí. Él organizaba varios conciertos y musicales en toda Europa y me invitaron a mí para difundir la música andina y el folklore boliviano.”

No fue hasta 1993 que Edwin comenzó a ver en el viejo continente algo más que una plataforma para su música. Su hermano y compañero de profesión le habló de Checoslovaquia, de la calidez de su gente y de la posibilidad de establecerse allí, con él.

“Escuché comentarios que decían que [Checoslovaquia] era un país muy bonito y que en breve el sistema iba a cambiar [1993]. Por ese motivo, por curiosidad, quizás, de ver que pasaría aquí, vine. Desde ese momento sentí algo diferente, me gustó mucho la ciudad…me enamoré de Praga. Creo que cada persona tiene un país que le agrada…y esté país me agradó a mí.”

Le fascinó su arquitectura, se sintió atraído por su cultura y se interesó por los cambios políticos y sociales que estaba experimentando el país. Aún así, lejos de su familia, amigos y de su Bolivia natal, Edwin reconoce que los principios no fueron fáciles.

“Me sentía muy triste, muy aislado por aquél entonces…no había muchos latinos. Sólo con el grupo, sólo la música...y nada más.”

Fue precisamente la música lo que marcó definitivamente su futuro. Un revulsivo que se convirtió en su modus vivendi en la capital checa. Empezó a recorrer todo el país ofreciendo conciertos de salsa y merengue con su grupo Karibe pero pronto la competencia cubana, peruana y mexicana les obligó a buscar otros caminos. Fue entonces cuando el verdadero proyecto de Edwin Aguirre tomo fuerza. Tinkunkaku se transformó en Encuentro, la misma palabra traducida del quechua original al español. En su nueva banda convergen la música ancestral de los andes con instrumentos puramente centroeuropeos como el violín. Y todo ello, con una clara voluntad de difundir la cultura andina entre el público checo.

“Estamos haciendo un trabajo bien estudiado. No sólo vamos a tocar, también explicamos cuándo se fusionó la música y porqué a la gente checa: de donde nació el charango, qué instrumentos y tipos de ritmo tenemos…algunos catedráticos de la universidad [de arte e historia de Latinoamérica] esperan con ansias nuestro concierto y quieren ir a comprar los tickets anticipadamente.”

La sala de conciertos del teatro Atrium de Žižkov, en el corazón de Praga, acogerá el debut de Encuentro, el 11 de Junio. Además de la actuación propiamente dicha se esperan colaboraciones especiales, degustación gastronómica y lo que promete ser una auténtica exhibición de la cultura andina. Todos los esfuerzos de Edwin Aguirre se centran ahora en el primer concierto de Encuentro. Aún así, una gira por la República Checa parece sólo cuestión de tiempo.

“Lo que nos importa ahora es este concierto que será el primero. A partir de ahí el resto será fácil. Queremos hacer conciertos en toda la República Checa, viajar y hacer conciertos en ciudades como Brno, Karlovy Vary…ese es el objetivo.”

Parece que, de nuevo, será la música andina lo que lleve a Edwin Aguirre a conocer mundo y, a la vez, difundir los orígenes de su cultura. Con una sonrisa en los labios nos confiesa: que sea por muchos años.

Autor: Sara Prim
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