El Gobierno checo, con dificultades para frenar la influencia de Rusia y China, según auditoría
La República Checa está perdiendo la guerra de la información con poderes extranjeros como Rusia, China y el Estado Islámico, según demuestra una auditoría encargada por el Gobierno checo. El Ejecutivo prepara por ello cursos especiales de formación para sus funcionarios.
Contra esto la República Checa se halla prácticamente inerme, continúa el informe, debido a la falta de capacidad de los funcionarios y representantes públicos de detectar y combatir esta influencia extranjera.
Uno de los principales escollos es el saber distinguir qué es y que no es una amenaza. Se trata de una valoración subjetiva que hasta ahora no se realiza con criterios unificados. La solución, de acuerdo con Eva Romancová, una de las autoras del informe, es aplicar un estándar.“En cada administración pública debería haber un sistema determinado para detectar cuándo se pone en marcha por ejemplo una campaña de desinformación o de influencia que vaya destinada a los funcionarios públicos y que tenga como objetivo socavar los intereses de la República Checa e imponer los de otro país, o crear buena voluntad hacia los intereses de un poder extranjero”.
Al mismo tiempo el Ministerio del Interior en colaboración con el Instituto de Seguridad Nacional deberían poner en marcha cursos de formación que permitan a los funcionarios resistir mejor el influjo y las presiones que emanen desde el extranjero.Los cursos serían similares a los realizados actualmente por los diplomáticos y estarían adaptados a la situación de cada institución y a cómo estén actuando en el momento los servicios secretos de otros países en el territorio checo.
La auditoría, que fue realizada por el Instituto de Seguridad Nacional, aconseja asimismo emplear más personal dedicado a la seguridad cibernética, según anunció el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka.
En este sentido el Ministerio del Interior desea que el país sea capaz de emprender contraataques de la misma intensidad como los recibidos. Para conseguirlo se tomarán en cuenta los modelos desarrollados por Estados Unidos e Israel.