Caritas de la República Checa es condecorada en Camboya
La clínica oftalmológica de Takeo, en Camboya, le ha merecido a Cáritas de la República Checa la condecoración local de la orden de Sahametrei.
Se trata de un hito importante que abrirá nuevas posibilidades de colaboración, opina Veronika Nozinová, de Cáritas República Checa.
“Creo que este honor que nos han ofrecido nos ayudará a seguir expandiendo nuestro trabajo, especialmente en el ámbito de la salud oftalmológica. Nos será más fácil abrir nuevas puertas en oficinas gubernamentales, acceder a políticos y a actores sociales. Ya durante la ceremonia el ministro de Salud nos prometió más apoyo a la oftalmología. De qué forma exactamente es algo que aún no sabemos, lo tenemos que concretar en nuestros próximos encuentros con funcionarios del Ministerio”.
El papel de Cáritas es proporcionar ayuda financiera a esta clínica con ayuda de la Agencia Checa de Desarrollo, y contribuir a que se realicen más diagnósticos, cursos de formación para el personal, revisiones de la vista y campañas de información en las zonas rurales.
El resultado es que hasta ahora se ha revisado a más de 13.000 pacientes, se han realizado casi 10.000 operaciones y se han diagnosticado lentes a unos 2.500 pacientes.
Se trata de una labor importante debido a la escasez de instalaciones de este tipo en Camboya, explica Nozinová.
“Apoyamos la clínica oftalmológica en Takeo desde hace ya tres años. Es una de las dos que existen en toda Camboya que se especializa en enfermedades y defectos oculares. Camboya tiene casi 16 millones de habitantes, y según las estadísticas, el 4% sufre algún tipo de enfermedad ocular grave, sobre todo ceguera relacionada con cataratas o glaucoma”.En la región de Takeo viven unas 850.000 personas, y uno de cada seis vive bajo la línea de la pobreza. Las estadísticas advierten que cuatro de cada cinco habitantes de la región no tiene acceso suficiente a la sanidad y nunca se ha revisado la vista.
Esto deriva en que el 4% de la población sufre algún tipo de glaucoma, cataratas o enfermedad infecciosa de los ojos, que sería curable fácilmente si se detecta a tiempo.
De hecho, llegar al campo es uno de los objetivos de la clínica, prosige Nozinová.
“Tienen un equipo móvil de personal sanitario que va directamente a las comunidades, a los pueblos y escuelas, y allí hacen revisiones, informan a la gente cómo cuidarse la vista. Así llegan a un mayor número de potenciales pacientes. Se trata de gente de campo, gente pobre, que no tendría dinero para ir a la clínica”.
Algunas dificultades añadidas son de tipo cultural. La sociedad local no mira con buenos ojos a los tullidos o discapacitados de algún modo, puesto que en su visión budista del mundo lo atribuyen a mal karma en su vida anterior. También hay una fuerte resistencia a llevar anteojos, una situación derivada de las masacres realizadas por los jemeres rojos, que consideraban a todo aquel que llevara gafas un ciudadano occidentalizado, que debía ser eliminado.
El cuidado de la vista ayuda a que no se desarrollen otras enfermedades oculares entre los afectados y mejora las posibilidades de escolarización de los menores.
El Hospital Oftalmológico de Cáritas en Takeo (Caritas Takeo Eye Hospital) tiene una capacidad de 64 camas, y realiza 200 revisiones y 20 intervenciones quirúrgicas diarias, lo que de lejos no es suficiente para cubrir las necesidades de la población.