Chequia y EE.UU. colaboran para desarrollar medicina contra cáncer
Un equipo de científicos checos está trabajando con los especialistas de Estados Unidos para desarrollar una nueva medicina que pueda ayudar en la lucha contra el cáncer.
''La molécula con la que trabajamos se parece mucho a la glutamina, que es una especie de depósito de nitrógeno en el organismo. Cuando el organismo necesita de nitrógeno, lo suministra. Entonces varios procesos en nuestro cuerpo utilizan la glutamina como piedra fundamental. Por ejemplo las células que quieren multiplicarse rápidamente movilizan las reservas de nitrógeno que se encuentran en la glutamina''.
La sustancia voxamina, en la cual se basa la investigación, es conocida desde la mitad del siglo XX. En las pruebas clínicas se mostraba bastante eficaz en lo que era la destrucción de las células carcinógenas, ya que los enzimas de estas células de rápida multiplicación la confundían con la glutamina. Sin embargo, la sustancia tenía algunos efectos no deseados, sobre todo en el estómago y en el intestino de los pacientes, sigue explicando Majer.''El principio de todo esto es que nuestra sustancia es confundida con la glutamina, y así las células carcinógenas son desprovistas del material que es imprescindible para su crecimiento. Por supuesto, la cuestión es cómo hacerlo para que se vean afectadas sólo las células carcinógenas, y cómo bajar la toxicidad''.El objetivo del equipo de Pavel Majer es encontrar una forma de sustancia que sea igual de eficaz, pero que no perjudique al resto del cuerpo como la voxamina.
La idea de investigar la voxamina fue original de los biólogos de la Universidad de John Hopkins. Una de las profesoras estadounidenses, Barbara Slusher, después ofreció la colaboración a los químicos checos, que había conocido antes. La conexión entre los profesionales funciona muy bien. Todas las sustancias que se utilizan en la investigación las producen los especialistas de Chequia y los procesos biológicos se llevan a cabo en Estados Unidos.Los científicos de ambos países fundaron la empresa Dracen, que tiene la licencia para terminar con el desarrollo de la sustancia, y llegar hasta las primeras pruebas clínicas. En caso de éxito, se supone que la empresa será adquirida por algún gigante farmacéutico.