El Siglo de los Habsburgos en las tierras checas

Francisco José I

Todo el que quiera familiarizarse más con la relación que guardaron los checos hacia los Habsburgos cuando formaban parte del Imperio Austro-húngaro, puede visitar el palacio Clam-Gallas, de Praga. A partir de este miércoles está abierta la exposición "El Siglo de los Habsburgos en las tierras checas".

La exposición documenta la evolución de los checos desde el monaquismo genuino hacia la ruptura completa de la sociedad checa con el Imperio Austro-húngaro entre los años 1791 y 1914.

Lo enseña mediante una serie de muestras interesantes y a veces inesperadas, desde blancos para tiro hasta tazas de porcelana con retratos del emperador Francisco José I.

Pese a que los checos rechazaron la monarquía, Vít Vlnas, uno de los autores de la exposición, destaca que los Habsburgos dejaron una huella profunda en la historia checa.

"Cuando mira en su bolsillo, encontrará una corona. La República Checa y Eslovaquia fueron los únicos estados sucesores del Imperio Austro-húngaro que la conservaron como su moneda nacional. La República Checoslovaca aceptó la idea del monarca que vela por la política materializándola en su primer presidente, Tomás Garrigue Masaryk. Aceptó también la idea de un estado multinacional".

Vít Vlnas señala que cuando un no centroeuropeo viaja por Europa Central, nota un espíritu característico y común a todas las naciones integrantes de la monarquía.

"Hasta hoy en día sabemos que con los polacos, austríacos o húngaros nos unen ciertos vínculos que no tenemos con otras naciones de Europa. Por ello opino que la vieja monarquía de los Habsburgos se recuerda no como una formación geopolítica que ya no existe, pero como un lugar en el mapa espiritual de Europa cuya herencia sigue persistiendo".

Con estas palabras Vít Vlnas resume el mensaje de la exposición "El Siglo de los Habsburgos". Los visitantes pueden convencerse de ello hasta el 19 de septiembre.