En Nový Jicín se confeccionan sombreros desde hace más de 200 años
La meta de nuestro viaje por ondas radiofónicas será esta vez la ciudad morava de Nový Jicín, sede de la fábrica Tonak que es el mayor fabricante de sombreros y otras coberturas de la cabeza en la República Checa. Desde el año 2000, el Palacio de Zerotín, de Nový Jicín, alberga una amplia exposición permanente de sombreros que a la vez documenta la historia de este sector industrial en la ciudad.
La historia de la sombrerería en la ciudad morava de Nový Jicín empezó a escribirse en 1630 cuando el Consejo Municipal confirmó los privilegios del gremio de los sombrereros locales, afirma Ivo Otáhal, director del Museo Regional, con sede en Nový Jicín.
"En 1799 fue admitido en el gremio Jan Nepomuk Huckel que fundó una manufactura sombrerera. Éstas son las raíces de la empresa Tonak, hoy el mayor fabricante y exportador de sombreros checo. Al comienzo, Huckel confeccionaba sombreros a mano, pero en 1865 introdujo las máquinas, convirtiéndose en el fundador de la producción en serie mecanizada de sombreros de fieltro en toda la región de Nový Jicín. Dos años más tarde construyó una nueva planta que desde su nacionalización por los comunistas en 1948 pasó a llamarse Tonak".
Ivo Otáhal precisa que la fábrica de Jan Nepomuk Huckel no fue la única existente en Nový Jicín en el siglo XIX.
"De la fábrica de Huckel salió otro sombrerero, Bohm, quien fundó su propia planta que con el paso del tiempo empezó a hacer una fuerte competencia a la familia Huckel. Y todavía surgió otra fábrica, la Peschl. Es decir que en la segunda mitad del siglo XIX se producía en Nový Jicín una enorme cantidad de sombreros y similares que penetraron en todos los territorios de la entonces monarquía austro-húngara, exportándose también a muchos otros países. Para hacerse una idea más clara, a finales de ese siglo, tan sólo la empresa Huckel empleaba a mil trabajadores y producía hasta cinco mil sombreros al día".
En la actualidad, la fábrica Tonak produce anualmente más de cinco millones de sombreros y otras coberturas de la cabeza por un monto de 630 millones de coronas, unos 21 millones de euros. Es líder mundial en el surtido completo de sombrerería, fabricando, además de sombreros, gorras, boinas y accesorios.
Tonak exporta a más de 55 países. Predominan Europa y América del Norte, pero exporta también a Australia y Latinoamérica, Venezuela y Argentina en primer lugar. Ha confeccionado sombreros y otras coberturas de la cabeza para varias delegaciones de deportistas nacionales a los juegos olímpicos y entre sus clientes regulares figuran también varios ejércitos de Europa.
En el Palacio de Zerotín tiene su sede desde hace 116 años el Museo Regional que documenta la historia y el desarrollo de la ciudad de Nový Jicín y de sus alrededores.
Hace dos años, el Museo inauguró una ampliada y actualizada exposición permanente de sombreros que, según explica su director, Ivo Otáhal, sustituyó a una más vieja que no satisfacía ya las necesidades actuales.
"En la exposición hay unos 600 sombreros, gorras, tocas, cascos y similares. El ejemplar más antiguo es del año 1805. Parte de la exposición es también la muestra de una manufactura sombrerera medieval. Especial atención está dedicada, por supuesto, a la historia de este sector industrial que hizo famosa la ciudad en el mundo".
Ivo Otáhal destaca que en la exposición se puede ver una singular colección de sombreros de grandes personalidades de la vida política y cultural checa.
"Entre ellos figuran sombreros que fueron llevados por el primer presidente checoslovaco, Tomás Garrigue Masaryk, y su hijo, el ministro de Relaciones Exteriores de la República Checoslovaca, Jan Masaryk. Hay sombreros que pertenecieron al segundo presidente checoslovaco, Edvard Benes, al poeta Petr Bezruc, al viajero Emil Holub y al sucesor al trono austro-húngaro, Frantisek Ferdinand d´Este, asesinado en 1914 en la ciudad serbia de Sarajevo".
Ivo Otáhal se refiere asimismo a una colección de objetos que pertenecieron a Dominik Bilimek.
"Dominik Bilimek, nacido en Nový Jicín en 1813, fue un monje cisterciense que en 1865 acompañó al archiduque austro-húngaro Ferdinand Maxmilián a México. Trabajó en la corte del emperador mexicano como científico. Ayudó a Maxmiliano I a confeccionar la colección natural del Museo Nacional de México y se desempeñó como su primer director. Parte de sus extensas colecciones, que abarcan desde mariposas y hallazgos arqueológicos hechos en el Palacio de Chapultepec, hasta sus cartas, Dominik Bilimek la legó al Museo Regional de Nový Jicín".
En el Palacio de Zerotín están expuestos sombreros de todo el mundo.
"Hay sombreros prácticamente de todos los países europeos, pero también de China, Bolivia y México. De Brasil tenemos una toca nupcial, y de Andalucía, España, un sombrero que acompaña un típico traje regional. Unos de los más interesantes objetos expuestos son el hongo cubierto de sellos postales con el retrato de Tomás Garrigue Masaryk que solían llevar puesto los miembros del Círculo Checo de Filatelistas, y un gorro de piel de oso que formaba parte del uniforme de los granaderos praguenses".
En lo que a la tecnología utilizada en la fabricación de los sombreros se refiere, Ivo Otáhal apunta que el más singular en la exposición es un sombrero hecho de políporo.
"Es un hongo que vive como parásito en las plantas. La confección del sombrero de políporo es bastante difícil: el hongo se moldea en una horma hasta adquirir la forma del sombrero y en la misma horma se confeccionan también los adornos y las cintas. El sombrero de políporo es muy ligero, pero no puede mojarse".
Ivo Otáhal señala que a la exposición de su Museo aportó incluso unos sombreros propios: un gorro de caza, un sombrero como el que llevan puestos los miembros de la más antigua asociación de educación física checa, Sokol, "Halcón" en español, así como un sombrero complemento de uno de los uniformes militares. Según matiza Otáhal, éste último se lo confeccionaron en la fábrica Tonak por un precio bastante especial: por un pernil de jabalí.
