Las inundaciones provocaron una reforma tributaria
La presidencia del Gobierno checo acordó este lunes proceder a una amplia reforma tributaria, como uno de los pasos indispensables para que el país sea capaz de superar cuanto antes las consecuencias de las recientes fuertes inundaciones. El Gabinete en su conjunto debería debatir el tema el próximo domingo para presentar el proyecto correspondiente el 12 de septiembre en la Cámara Baja.
Hace años que el sistema tributario en la República Checa no fue sometido a tan profundos cambios como los que se plantean actualmente. La reforma tributaria abarcará la gran mayoría de los impuestos y, en su conjunto, se traducirá en la elevación de la carga impositiva. De ser aprobada la reforma, dentro de dos años los ciudadanos de este país entregarán en impuestos al Estado 300 millones de euros más de lo que pagan actualmente.
El Primer Ministro, Vladimír Spidla, indicó que la reforma es una reacción necesaria a las recientes inundaciones.
"Presentamos un importante proyecto como reacción financiera a los daños causados en nuestro país por las inundaciones. Proponemos incrementar varios tipos de tributos y, entre otros, deseamos elevar la participación impositiva de las personas con mayores ingresos".
Para conseguir el apoyo de los partidos de la coalición al ser presentado el proyecto en la Cámara de diputados, el Primer Ministro, Vladimír Spidla, propone, a cambio, reducir del 31 al 30 o al 28 por ciento los impuestos a las empresas. También considera posible que en los matrimonios, tributariamente los esposos sean considerados conjuntamente y no por separado.
La mayoría de los cambios supone la elevación de los impuestos. De ser aprobado el proyecto, subirá en el 7 por ciento el impuesto sobre el valor añadido para los alimentos y otros productos de consumo básico y aumentarán también los impuestos al consumo del alcohol y de los productos del tabaco. En el caso de la gasolina se acordó postergar la elevación del impuesto para después del 2004.
Los diputados de oposición critican la intención del Gobierno. El Alcalde Mayor de Praga, Igor Nemec, sostiene que la elevación de los impuestos podría traducirse en una reducción del número de turistas que visiten Praga.
"En Praga no hay fábricas, la capital checa vive del sector de los servicios y del turismo. Al elevarse los impuestos, por ejemplo de los alimentos, aumentarán también los precios de los servicios, de los hoteles. Será difícil esperar que en esas condiciones llegue a Praga un mayor número de turistas, aunque la ciudad sea muy bella y merezca ser visitada".
La Cámara Baja deliberará sobre la reforma tributaria el 12 de septiembre. Después de esa fecha quedará claro si el propósito del Gobierno de coalición checo de hallar nuevos recursos para paliar los daños causados por las recientes inundaciones cuenta con el necesario apoyo de los diputados.