Ex primer ministro comunista, Lubomír Strougal, acusado de encubrir tres asesinatos
El ex primer ministro comunista, Lubomír Strougal, acaba de ser acusado de encubrir tres asesinatos perpetrados por la policía secreta de la Checoslovaquia comunista en 1948. La fiscal que presentó la acusación a un tribunal distrital de la capital checa, afirma que existen suficientes pruebas para que Lubomír Strougal pueda ser procesado. Es un nuevo intento de conseguir que al menos algunos de los dirigentes del régimen totalitario respondan ante los tribunales por los crímenes del comunismo.
Lubomír Strougal, durante la época comunista ministro del Interior y jefe del Gobierno checoslovaco de 1970 a 1988, será tan sólo el segundo dirigente comunista checoslovaco en sentarse en el banquillo de los acusados. El primero- Miroslav Stepán-, pasó entre rejas dos años por prevaricación.
Tras la Revolución de Terciopelo de 1989, en la República Checa fueron condenadas por los crímenes del comunismo apenas nueve personas y ninguno de los condenados ha ingresado todavía en la cárcel, aludiendo problemas de salud.
A principios de los noventa se creó en la República Checa el llamado Centro de investigación de los crímenes del comunismo que debía reunir pruebas que posibilitarían procesar a los responsables del régimen anterior. Los analistas coinciden en que el Centro no cumplió con las esperanzas depositadas en él. Las acusaciones formuladas por sus investigadores son a veces incompletas y los tribunales suelen devolverlas. Muchas de las causas, como la alta traición cometida por varios dirigentes comunistas en 1968 cuando la ocupación soviética de Checoslovaquia, acabaron por ser archivadas. Recientemente el Tribunal Supremo ordenó archivar la causa del armamento ilegal de las Milicias Populares en la que figuraba como acusado Lubomír Strougal. La acusación presentada contra el ex primer ministro comunista de haber encubierto tres asesinatos cometidos por la policía secreta es, al parecer, la última oportunidad de procesar a este alto funcionario del extinto régimen comunista. Entretanto, todo indica que la sociedad checa en su conjunto ya no tiene mucho interés en los eventuales procesos con los dirigentes comunistas.