Hijos de los dirigentes comunistas han hecho brillantes carreras tras la Revolución de Terciopelo
Cuando en 1948 llegó al poder el Partido Comunista de Checoslovaquia, estableció una directriz implacable: los hijos pagan por su padres. Si el padre había sido un empresario, un político del régimen anterior, un agricultor acomodado o un destacado intelectual, el hijo tenía dificultado el acceso a la formación secundaria y superior.
No obstante, cuando llegó en 1989 la Revolución de Terciopelo no se produjo una revancha.Por el contrario, los hijos de los dirigentes comunistas aprovecharon sus ventajas para iniciar exitosas carreras en el mundo empresarial.Prosperaban en el régimen comunista, y sus contactos les permiten seguir prosperando también en democracia.
Al celebrarse recientemente el juicio del penúltimo primer ministro comunista, Lubomír Strougal, acusado de impedir el procesamiento de miembros de la policía secreta, involucrados a finales de los 40 en brutales asesinatos, a la sala del tribunal lo acompañó su hija, Eva Janousková.
La hija de Lubomír Strougal no está mal ya que es coproprietaria de un renombrado salón de modas. El hecho de proceder de la familia de uno de los más poderosos dirigentes comunistas no ha afectado en lo más mínimo su carrera tras la Revolución de Terciopelo.Lumír Gatnar del Instituto de Sociología de la Academia Checa de Ciencias afirma que los hijos de la élite comunista contaban tras la caída del comunismo a finales de 1989 con mejores condiciones para el arranque de sus carreras que los demás.Es como salir un minuto antes del pistoletazo y correr en zapatillas mientras que los demás corren descalzos, comenta el sociólogo.
Una de las ventajas de los hijos de los dirigentes comunistas consistía en su ilimitado acceso a la formación ya que la posición de sus padres les abría de par en par las puertas de todas las escuelas superiores del país.Por el contrario, los hijos de los signatarios de Carta 77 y de otros opositores no tenían acceso a la enseñanza universitaria.
Eva Janousková, hija del penúltimo primer ministro comunista, Lubomír Strougal,cursó en los años de la llamada normalización la Facultad de Derecho de la Universidad Carolina de Praga y en el mismo centro docente enseñó posteriormente Derecho socialista.
También el inicio de la carrera de la hija de Lubomír Strougal en el mundo de la moda fue propiciado por la posición de su padre y de su marido que trabajaba en Filmexport, empresa estatal que exportaba películas checoslovacas.
Sus modelos llegaron rápidamente a las pasarelas y a las clientes gracias al festival de cine de Karlovy Vary adonde iba regularmente con su marido en los años 80. El ser hija del primer ministro allanó a Eva Janousková el camino a los grandes desfiles de moda televisados. Otras diseñadoras, seguramente que no menos inventivas que la hija de Strougal, no se atrevían en los años 80 ni siquiera a soñar con tales posibilidades.
Eva Janousková decidió abandonar el Derecho y desde 1991 se dedica plenamente a la moda. Su carrera se vio facilitada también por el hecho de que contaba con el capital necesario, a diferencia de sus colegas.
El último secretario general del Partido Comunista de Checoslovaquia antes de la Revolución de Terciopelo, Milous Jakes, afirma en su libro de memorias que la mayoría de los funcionarios del partido jamás utilizó abusivamente las prerrogativas de su cargo. Sin embargo, la vida de Milous Jakes hijo desmiente los alegatos de su padre.
Milous Jakes hijo obtuvo sin problemas la formación superior.Siguiendo las huellas de su padre optó por la carrera política, llegando a ocupar destacados cargos en la dirigencia de la Unión Internacional de Estudiantes.
Cuando Milous Jakes hijo decidió adquirir una segunda vivienda compró del Estado una casa rural con un extenso terreno.Por el inmueble pagó un tercio del precio establecido por la tasación y por el terreno adyacente, una décima parte del precio real.
La casa adquirida por el hijo del ex secretario general del PC de Checoslovaquia en condiciones tan ventajosas había tenido una dramática y triste historia.En los años 50 fue expulsada de la casa una pareja de agricultores ancianos que no estaban en condiciones de cumplir las entregas obligatorias de productos agrícolas al Estado. Los dueños de la granja acabaron por fallecer en un asilo de ancianos.Pero antes, presionados,"donaron", entre comillas, su casa al Estado.
Después de la Revolución de Terciopelo, los descendientes de los ex dirigentes comunistas podían aprovechar una densa red de contactos.Es que en la economía quedaron en los puestos decisivos muchas personas comprometidas con el anterior régimen totalitario. El relevo de las viejas guardias tuvo lugar más bien en la esfera política que en la economía.
Las informaciones y los contactos adquiridos durante el régimen comunista servían a la perfección también en el período postcomunista. Un ejemplo ilustrativo es la carrera empresarial del hijo del miembro del Comité Central del Partido Comunista de Checoslovaquia y ex primer ministro federal de la época comunista, Ladislav Adamec.
Después de la Revolución de Terciopelo de 1989 Ladislav Adamec hijo participó en la fundación de la primera sociedad anónima, formada por las empresas estatales del comercio exterior. Surgió la firma FINEX que se transformó en FINOP que acabó por desaparecer. En turbias operaciones desaparecieron también miles de millones de coronas que pertenecían al Estado.Ladislav Adamec hijo era uno de los directivos.
Desde 1991 Ladislav Adamec junior figuró en los consejos de administración de más de treinta empresas.Durante cuatro años fue presidente del consejo de vigilancia del Banco de Bohemia, durante tres años presidió el mismo organismo en Omnipol, firma que se dedica a la exportación de armamento.
Cuando quebró el banco Bohemia, Ladislav Adamec hijo compró del liquidador, el ex ministro de Finanzas comunista Nikodým, dos fondos de privatización por cupones controlados por la casa bancaria. Adamec pagó 42 millones de coronas y los fondos que adquirió tenían en su cuentas 290 millones.
El hijo del ex dirigente comunista, Ladislav Adamec, es considerado hoy en día como uno de los cinco hombres más ricos de la República Checa.