Los controles fronterizos con Eslovaquia se endurecen por la amenaza de la fiebre aftosa

En determinados pasos fronterizos con Eslovaquia y Austria, la Policía checa continúa controlando los camiones debido al peligro de fiebre aftosa. Desde el jueves, se han hecho unos 2600 controles y varios vehículos no pudieron ingresar en Chequia, según las fuerzas del orden y los Bomberos.

En la frontera checo-eslovaca se aplican medidas debido al riesgo de propagación de la infección desde Eslovaquia y Hungría para el transporte de mercancías de más de 3,5 toneladas de animales y productos animales. Los vehículos con esta carga sólo pueden cruzar la frontera de Eslovaquia con la República Checa a través de cuatro pasos fronterizos. Desde el viernes, además, se prohibió importar ganado vacuno, porcino, ovino, caprino y productos animales de Hungría y Eslovaquia, así como de los estados austriacos de Baja Austria y Burgenland.

Este domingo, la sospecha de un nuevo brote de fiebre aftosa en la localidad eslovaca de Malacky, a 50 kilómetros de la frontera, hicieron que las autoridades sanitarias endurecieran los controles en la autopista D2, que une Brno y Bratislava.