Jiří Rusnok, el nuevo primer ministro checo contra viento y marea
El economista Jiří Rusnok, de 53 años, es el nuevo primer ministro. Fue nombrado este martes por el presidente Miloš Zeman, en medio de la mayor crisis política del país tras un operativo de la Policía Anticorrupción que salpicó al ex jefe del Gobierno Petr Nečas.
“Estoy convencido de que Rusnok representa la mejor elección. También estoy convencido de que un Gobierno neutral, integrado por expertos, garantizará que las investigaciones de diversos escándalos políticos y económicos se lleven hasta el final. Que se evitará cualquier tipo de presión política que busque limitar las investigaciones iniciadas“, indicó el mandatario.
Rusnok no es ningún novato
Jiří Rusnok no es ningún novato en la política. Fue asesor sindical, viceministro de Trabajo y Asuntos Sociales, ministro de Finanzas y también durante un año llevó la cartera de Industria y Comercio. Tras su nombramiento como jefe del futuro Gobierno, Rusnok habló de la necesidad de reactivar el funcionamiento de la administración pública.“Considero que el país necesita reanudar cuanto antes sus estructuras de administración, esto quiere decir los entes públicos más importantes. Resulta indispensable que al frente de dichas instituciones se nombre a especialistas con experiencia en la administración y dirección de las diferentes carteras”.
Histeria en las filas de la coalición saliente
La decisión del presidente Zeman de nombrar a un primer ministro sin prestar atención a las recomendaciones de la saliente coalición gubernamental provocó fuertes reacciones entre los políticos. El vicepresidente del Partido Cívico Democrático, Jiří Pospíšil, critica que el mandatario no tomara en consideración que los partidos de la coalición saliente dispongan de 101 votos, suficientes para respaldar a otro primer ministro.“Es absurdo que en un sistema parlamentario en el que existe una mayoría de diputados que está a favor de un candidato a jefe de Gobierno, el presidente quiera que la Cámara Baja se disuelva. Aquí no tenemos un sistema ni presidencial ni semipresidencial”.
El plan de los líderes de la saliente coalición de Gobierno era nombrar a un nuevo primer ministro de sus filas y seguir gobernando. Propusieron como candidata a primer ministro a Miroslava Němcová, actual presidenta de la Cámara de diputados. Algunos legisladores estiman que la crisis se limita al antiguo primer ministro y ex líder del Partido Cívico Democrático, Petr Nečas y que, una vez fuera, todo debería seguir como antes y atacan al mandatario por no acatar su propuesta.Todo depende del resultado de la votación en la Cámara Baja
Aleš Gerloch, experto en Derecho Constitucional de la Universidad Carolina de Praga, asegura que para el mandatario lo único definitivo es la votación en la Cámara Baja.
“En la Constitución de la República no se establece que el presidente deba acatar la decisión anunciada por los partidos representados en la Cámara Baja. Definitivo es el resultado de la votación en la Cámara, que decide aprobar o no al Gabinete que pide un voto de confianza. Para ello es necesario recibir más de la mitad de los legisladores presentes”.Las fuerzas políticas insisten en que ante el inminente rechazo del nuevo Gobierno por parte de los legisladores, resulta problemático que el Ejecutivo gobierne sin la confianza de la Cámara Baja. El experto Gerloch recordó que el país ya vivió una situación similar. Si bien muchos políticos hoy se horrorizan ante tal eventualidad no se trata de nada fuera de lo normal en un sistema político.
“Me gustaría recordar que en 2006 el Gabinete de Mirek Topolánek, nombrado por el entonces presidente Klaus, no fue aceptado por la Cámara de diputados y aún así gobernó durante cuatro meses. Con esto quiero subrayar que existe un precedente”.
Elecciones anticipadas como solución
Varios analistas y politólogos coinciden en que la República Checa se ve afectada por una profunda crisis de Gobierno que es resultado de una grave crisis política. El politólogo Lukáš Jelínek asegura que en este momento las cabezas visibles de la situación surgida son el presidente de la República y los partidos de la saliente coalición de Gobierno.“Como mínimo somos testigos de la profundización de la crisis sostenida actualmente por el presidente de la República y los partidos de la coalición saliente. Al presidente le conviene tener un gobierno a su medida, bajo su control, que puede aguantar hasta la celebración de las elecciones regulares. Por otro lado, los partidos de la derecha tienen en sus manos la posibilidad de acabar con los gobiernos provisionales, permitiendo elecciones anticipadas por lo que me extraña que las obstaculicen”.