Irán, en el punto de mira de los exportadores checos
La Cámara de Comercio Checa planea enviar una comisión de expertos a Irán para que examine las oportunidades empresariales que podría ofrecer el país islámico. Actualmente, las relaciones comerciales están coartadas por las sanciones financieras impuestas por Europa.
La República Islámica de Irán cada vez atrae más a los inversores checos. Por este motivo, la Cámara de Comercio Checa va a realizar la primera misión empresarial para ojear las condiciones que ofrecería dicho país a los exportadores checos, según ha informado el diario Lidové Noviny (LN).
Por su parte, el ministro adjunto de Relaciones Exteriores, Martin Tlapa, cree que entrar en el mercado iraní podría ayudar a diversificar las exportaciones checas. El fabricante de automóviles Škoda ha mostrado su interés en ampliar sus exportaciones a Irán y seguir con las relaciones comerciales que se estancaron tras el golpe comunista en Checoslovaquia en 1948. En este sentido, los empresarios checos que han tenido algún contacto con el país islámico aprecian la oportunidad de colaboración con Irán, indica LN.
Este es el caso de la firma checa AZD Praha. Esta compañía, proveedora de equipo de transporte, ya ha puesto en marcha un proyecto piloto en Irán que suministrará equipos de seguridad a la nueva estación de tren que hace frontera con Afganistán. De cerrarse el acuerdo, este tendría un valor de 2,3 millones de euros.Anteriormente, esta misma empresa tuvo la oportunidad de formar parte en la construcción de la línea de ferrocarril que unía Teherán con la segunda ciudad más grande de Irán, Mashhad, un total de 1.000 kilómetros de distancia. Pero las sanciones internacionales detuvieron el acuerdo.
La difícil situación financiera de Irán hace que los bancos pongan muchos obstáculos a la hora de conceder crédito a las empresas que buscan hacer negocio en el país asiático. “Exportadores a menudo nos preguntan sobre Irán. Pero tenemos problemas para conseguir dinero del banco local”, indica Jan Procházka, director general de Exportación de Garantía y Corporación de Seguros (EGAP). “Sabemos que los iraníes están dispuestos a pagar, pero no especifican cómo. Tal vez a través de una empresa rusa, pero esta manera no es la ideal”, añade Procházka.
Esta engorrosa situación cambiaría si se levantasen las sanciones impuestas a Irán, asegura el director. “De esta manera se abriría un mercado muy prometedor”, insiste.