El primer latinoamericano en Praga

Si uno quisiera saber quién fue el primer español en visitar el Reino de Bohemia y su capital Praga, los historiadores checos le responderían que el comerciante y diplomático de origen árabe- judío, Ibrahim Ibn Jacobo.

A Praga vino alrededor del año 970 como embajador del califa de Córdoba, Al-Hakam Segundo, quien le había enviado a la corte del emperador romano, Otón. En Bohemia finalizaba el reinado del príncipe premislita Boleslao Primero.

Ibrahim Ibn Jacobo nos dejó uno de los primeros testimonios escritos acerca de la capital checa, cuya belleza y el animado tráfico comercial de los mercados locales tanto le habían asombrado.

Pero teniendo en cuenta que dicho huésped hispano era de origen árabe-judío, nos parece un poco inexacto considerarlo como un típico español. Políticamente dicho, en el siglo X España todavía no existía.

Algo semejante ocurre con el primer latinoamericano en Praga. A los primeros latinoamericanos en Praga podríamos encontrarlos sin problemas a lo largo del siglo XIX - pero ¿antes de las Guerras por la Independencia? El tema es un poco complicado.

No obstante, si supiéramos que una persona vivió tanto en España como en el Nuevo Mundo, y que en el siglo XVI visitó dos veces la capital checa, ¿qué nacionalidad atribuirle? Puede que la iberoamericana. Es cierto. Pero ¿y si su legado histórico está relacionado con Latinoamérica?

De lo dicho podemos constatar que el primer latinoamericano en visitar Praga fue un chileno que visitó la capital del Reino de Bohemia antes de 1555 y en septiembre de 1575.

Era poeta y se llamaba Alonso Ercilla y Zúñiga. Remitiéndose a una tradición, el destacado historiador e iberoamericanista checo, Josef Polisenský, sostiene que el poeta chileno visitó por primera vez Praga antes de 1554, teniendo alrededor de 22 años.

Antes de partir para el Nuevo Mundo, el joven Alonso visitó Praga para despedirse de su madre, que era la intendente de la corte de la entonces infanta y posteriormente emperatriz María, esposa del Rey checo y Emperador romanogermánico Maxmiliano II.

Después de arribar a tierras sudamericanas, al joven poeta le tocó participar en las cruentas luchas ocurridas en Chile entre araucanos y españoles.

El impacto de esas vivencias lo evocó posteriormente en las refinadas octavas reales de su poema épico "La Araucana" que se publicó entre 1569 y 1589 en Madrid.

Dentro de su género, "La Araucana" es considerada la creación más lograda del Siglo de Oro. Ercilla valoró con generosa simpatía el heroísmo de indígenas y españoles, pero sorprende que las figuras de mayor perfil heroico sean las de los jefes Caupolicán y Lautaro.

Con la publicación de esta obra nació la literatura latinoamericana y también la chilena, aunque en ambos casos se trata todavía de la época de la Colonia. Pero volvamos a la Praga del siglo XVI. Sabemos que en los años setenta, Alonso Ercilla y Zúñiga realizó viajes por Italia y Europa Central.

Existen pruebas convincentes de que en septiembre de 1575 asistió en Praga a la coronación del Rey checo y Emperador romanogermánico, Rodolfo II.

Lamentablemente, no sabemos si Ercilla dejó algún testimonio escrito sobre Praga: a diferencia de su precursor del siglo X y supuesto coterráneo, Ibrahim Ibn Jacobo.

Sin embargo, el desempeño de su madre en la corte imperial, cuya muerte le había acongojado mucho, nos hace suponer que el renacentista fundador de las letras latinoamericanas tenía cierta relación sentimental también con el ambiente de la capital del Reino de Bohemia.

Hablando de la corte de la emperatriz María, hay que recordar que había influido en el surgimiento de la "fracción española" en la política checa de los siglos XVI y XVII, fenómeno muy importante en el desarrollo europeo de la época.

Una huella simbólica de este desarrollo influido por las relaciones checo-iberoamericanas dejó también el primer huésped latinoamericano en Praga, Alonso Ercilla y Zúñiga.

Autor: Vít Urban
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