El palacete Hvezda

Quizá en el alma de todos los checos la mera alusión a la Montaña Blanca y al Palacete Hvezda - estrella en español- haga evocar el escalofriante recuerdo de la trágica batalla que fuera librada a la sombra de sus paredes el 8 de noviembre de 1620, y que supondría un cambio trascendental con respecto al estatuto político del Reino de Bohemia en los próximos tres siglos. Es que del glorioso reino independiente que había sido hasta entonces, Bohemia pasó a ser una especie de provincia de la monarquía de los Hasburgo austríacos.

Pero dejemos de lado la batalla que cambiara el destino del Reino de Bohemia y volvamos al palacete. Fue el rey de Bohemia Fernando I de Habsburgo, hermano de Carlos I de España y V de Alemania, quien en el año 1534 fundó en aquel lugar en las afueras de Praga una dehesa para animales de caza, que existió como tal hasta principios del siglo pasado cuando fuera convertida en parque.

En los años 1555 y 1556, Fernando de Tirol -hijo del soberano de Bohemia Fernando I- hizo construir en la dehesa un palacete según un proyecto propio muy original puesto que la planta y el interior del edificio tienen la forma de una estrella de seis puntas.

El palacete Estrella, de estilo Renacimiento, fue construido al pie de la Montaña Blanca por los arquitectos Juan María del Pambio, Giovanni Lucchese, Bonifaz Wohlmut y Hans Tirol.

Con la severidad de los exteriores del palacete Estrella contrastan sus interiores ricamente decorados con estucos alegóricos de pasajes mitológicos e históricos.

Desde 1951 el palacete funge como museo del insigne escritor Alois Jirásek, y del célebre pintor Mikolás Ales, destacados exponentes de la cultura checa de fines del siglo XIX.

Muy cerca del palacete Estrella se encuentran la iglesia de peregrinación consagrada a la Virgen María, construida entre 1704 y 1714 en estilo barroco junto a la capilla que fuera fundada en ese lugar en 1620 inmediatamente después de la victoria de los Habsburgo sobre los estamentos protestantes bohemios.

Un pequeño monumento nos recuerda también aquella batalla fatal para el Reino de Bohemia, que a raíz de la misma fue incorporado a la Casa de Austria, de la que formó parte hasta que la Primera Guerra Mundial puso fin al Imperio Austro-Húngaro.

Autor: Mónica Villegas Gallego
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