Chequia un año sin fumar en los restaurantes, pero la lucha sigue
De acuerdo con un análisis de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Carolina en Praga, el 71% de la población checa se muestra a favor de la ley antitabaco justo cuando esta cumple un año en vigor.
De acuerdo con Denisa Hejlová, encargada de la encuesta, la ley está cambiando la opinión pública y los fumadores le tienen más respeto a la gente que no fuma.
“Los fumadores han empezado a cambiar de opinión y les resulta más fácil entender que en realidad son ellos los que deberían adaptarse en los ambientes donde hay personas que no fuman”.
Otro de los aspectos estudiados fue cómo podría haber afectado la ley antitabaco a los restaurantes y bares. Los resultados confirman que el número de visitantes no ha bajado. Al contrario, desde el año 2015 se ha registrado un crecimiento del 4% de las personas que visitan los restaurantes.
Una de las razones de este aumento es que vienen personas que antes preferían evitar los ambientes llenos de humo de cigarrillo.Sin embargo, su rol ha tenido también el crecimiento económico, sostiene Radek Jalůvka, director de la agencia Ipsos que colaboró en la encuesta.
“La gente dispone de más dinero y esto se nota, ya que gasta en actividades que no se permitiría en la época de crisis. Una de esas actividades es precisamente ir a los restaurantes”.
La ley antitabaco se ha proyectado también en el número de cigarrillos fumados. Según los datos del Centro de Adictología de la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina, el consumo ha bajado en promedio tres cigarrillos por día.
Además, la nueva medida ha afectado el porcentaje de los hospitalizados con problemas de salud directamente vinculados al tabaquismo.Sin embargo, la lucha entre los que apoyan la ley y sus los adversarios sigue siendo uno de los temas en la Cámara Baja.
Un grupo de diputados liderado por Marek Benda, el tradicionalmente más emblemático luchador contra la ley, quiere que se adopten medidas que permitan fumar bajo ciertas condiciones. Ese grupo propone por ejemplo que los dueños de restaurantes y bares en pueblos pequeños dispongan del derecho de optar por si quieren prohibir el cigarrillo o no, ya que la existencia de algunos de los establecimientos puede depender de los fumadores. Sin embargo, en la mayoría de los partidos parlamentarios no existe acuerdo sobre este tema.