Chequia inicia la primera etapa de la reforma de pensiones

Foto: Comisión Europea

A partir de este año se inicia en la República Checa el proceso de la paulatina extensión de la edad de jubilación de los actuales 62 a los 65 años de edad. Así lo estipula la reforma de pensiones, cuya primera etapa entró en vigor el 1 de enero de 2010. Los checos se jubilarán por primera vez a esa edad en 2030.

La reforma de pensiones es una de las tareas económicas clave del Estado Checo. En vista de que los partidos parlamentarios no logran ponerse de acuerdo con ella, se aplica por partes. Su primera etapa, aprobada por el Parlamento en el año 2008 y que entró en vigor el 1 de este mes, estipula la extensión paulatina de la edad de jubilación hasta los 65 años de edad. A esa edad se jubilarán los hombres, las mujeres que no tienen hijos y que nacieron desde enero de 1965 y las mujeres con un hijo nacidas a partir del año 1966. Las mujeres con más hijos podrán jubilarse a los 62

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o 64 años de edad.

Para tener derecho a la renta de vejez, los ciudadanos también deberán cumplir más años de trabajo. Mientras que hasta el presente era suficiente cotizar 25 años, en el futuro se requerirán 35 años, además en ese período dejará de incluirse el tiempo de los estudios universitarios.

La primera etapa de la reforma de pensiones anula las limitaciones de remuneración para los jubilados que quieran trabajar, según sostiene Jana Burañová, de la Oficina Checa de Seguridad Social.

“Cada pensionado puede trabajar sin limitación a partir de este año. A diferencia del pasado, tiene derecho a su renta de jubilación completa aunque decida seguir trabajando y suscriba un contrato por tiempo indefinido”.

Los analistas advierten del envejecimiento de la población checa. A finales de noviembre de 2009, casi dos millones 780 mil checos recibían una renta de jubilación y las pensiones alcanzaban un promedio de 371 euros mensuales. Los economistas insisten en que la primera etapa de la reforma es insuficiente. En un futuro próximo el Estado deberá destinar más recursos a las pensiones, lo que podría ser un problema para el

Aleš Michl
presupuesto nacional, según afirma el economista Aleš Michl.

“Gracias a los cambios aplicados a partir del 1 de enero de 2010, el sistema de pensiones actual puede mantenerse todavía unos 10 años, aunque supondrá una gran carga financiera para el Estado. Después de ese tiempo podemos esperar una bancarrota de las finanzas públicas”.

El proyecto de las demás etapas de la reforma de pensiones que no han sido aprobadas todavía, incluye cambios en el sistema de los fondos de pensiones y de seguro de vida, así como la introducción de un seguro de pensiones privado, paralelo al público. Imponer la reforma le corresponderá al nuevo Gobierno político surgido de las elecciones parlamentarias de este año.