Chequia declara el estado de emergencia desde medianoche. Cierran restaurantes desde las 22h

La República Checa volverá a entrar en estado de emergencia desde la medianoche de este jueves al viernes por un periodo de 30 días, según ha decidido el Gobierno saliente de Andrej Babiš ante el rápido empeoramiento de la situación en los hospitales del país.

El primer ministro y el ministro de Salud, Adam Vojtěch, presentaron las medidas que desde la medianoche del 26 de noviembre entran en vigor:

- Restaurantes y bares deben cerrar desde las 22 horas hasta las 4:59 horas.

- Se prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas al aire libre.

- Cierran los mercadillos de Navidad, con la excepción de los puestos de venta de carpas y árboles de Navidad.

- Los restaurantes de los centros comerciales solo podrán servir comida para llevar. No podrá ser consumida en los espacios habitualmente habilitados para ello.

- En cines, teatros, salas de conciertos y eventos culturales o deportivos en general, el aforo máximo será de mil personas vacunadas o que hayan superado el COVID en los últimos seis meses.

- A eventos sociales, celebraciones, cenas y todo tipo de reuniones sociales en general, podrá asistir un máximo de cien personas. Solo los entierros estarán exentos de un aforo máximo.

El primer ministro Babiš apeló en rueda de prensa a que se vacune todo el mundo, y subrayó que se trata de la única forma de superar la epidemia. También insistió en que la vacuna es segura y pidió que no se dé crédito a las noticias falsas como, por ejemplo, que es un medicamento experimental. Recordó que todas las vacunas que se aplican en Chequia están aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento.

Babiš declaró que no se puede descartar la vacunación obligatoria de personal médico o cuerpos de seguridad y toda la población a partir de una determinada edad.

El ministro de Salud, Adam Vojtěch, destacó que si hubiera una mayor tasa de vacunación en Chequia, no sería necesario declarar el estado de emergencia porque no existiría un problema sanitario como el actual. También mencionó que de no ser porque la mayor parte de la población está vacunada, los hospitales ya estarían totalmente saturados sin lugar a dudas. El ministro argumentó con datos que con la vacuna, solo los enfermos crónicos de avanzada edad terminarían en cuidados intensivos y muy pocos fallecerían.