Cerámica para estudiantes de música invidentes
"Ayudamos a los necesitados con lo que sabemos mejor". Con esta premisa se reunieron este verano en la fábrica de tejas Tondach de Jircany artesanos, escultores y pintores para crear obras en beneficio de talentosos músicos jóvenes con problemas visuales.
Por segunda vez consecutiva participó en este simposio internacional de ceramistas David Treviño, de Monterrey, México. El artista mexicano subrayó que sus obras son para tocar, tratando de explicar a los invidentes el arte abstracto a través de formas concretas. Por ello, prefirió no pintar ni esmaltar sus piezas para que la cerámica guardara la textura más pura posible.
"Constó ahora de hacer una serie de como si fueran cactus, de unas medidas de más o menos unos cuarenta centímetros de alto. En México tenemos una diversidad muy extensa de cactus. La idea es un poquito compartir lo que es el rasgo cultural, pero también lo que son las formas. Por otro lado hice unos corazones en cerámica con mi estilo. No son unos corazones ni muy apegados a la realidad ni tampoco muy abstractos. La idea que vengo trabajando este año es el sacrificio, por eso retomo la forma del corazón".
David Treviño apuntó que en México está acostumbrado a trabajar principalmente con el barro rojo, por lo cual le fue interesante descubrir la diversidad de material con el que la empresa Tondach fabrica las tejas.
"Hay una cerámica que es demasiado dura, se seca muy pronto, porque es como una mezcla de serrín. Esa es para dar como un poco de volumen sin perder tanto material, para que construyas rápido. Entonces, esta pasta te exige velocidad y a lo mejor no puedes tanto pulir o hacer efectos. Y hay otras tejas que sí son muy novedosas que son de cerámica negra o roja, que también es un poco diferente a las que yo estoy acostumbrado".
Las tejas pintadas, vasijas, estatuillas y otras piezas decorativas que realizaron los ceramistas durante el verano en Jircany se subastaron este jueves en el patio del Conservatorio Jan Deyl en la Ciudad Pequeña de Praga. Los recursos recaudados están destinados a los alumnos de la escuela.