"Boinas rojas" afectados por reforma militar

De la brigada de reacción rápida presentada por Praga en la OTAN como prueba de las capacidades militares checas, quedará un torso. También los "boinas rojas" se ven afectados por la reforma de las fuerzas armadas checas.

Los miembros de la brigada de reacción rápida son soldados de élite. Fueron los primeros en intervenir tras la guerra civil en Bosnia y en Macedonia, destacándose también en Kosovo. Su profesionalidad fue altamente apreciada por los aliados de la República Checa en la OTAN.

Pese a ello, faltó poco para que la brigada de reacción rápida checa fuera cancelada. El presupuesto para el Ejército checo fue seriamente restringido el año pasado. La consecuente reforma militar significaba sobre todo amplios ahorros, la cancelación de muchas guarniciones y el despido de miles de soldados y empleados civiles.

Según los planes del entonces ministro de Defensa, Jaroslav Tvrdík, los "boinas rojas" deberían haber dejado de existir. Esto ha encontrado tanta resistencia en el Ejército, que su sucesor, Miroslav Kostelka, anunció que la brigada de reacción rápida será conservada.

"Tan sólo algunas decenas de soldados y empleados civiles abandonan la brigada, lo que es un número mínimo en comparación con otras unidades", así lo minimizó el jefe del Estado Mayor, el general Pavel Stefka.

Sin embargo, de las once unidades de la brigada quedarán cinco.

"Será cancelado el batallón de reconocimiento y la unidad de protección química en Bechyne, así como el batallón de enlace y la unidad sanitaria de Havlíckuv Brod", puntualizó el jefe del Estado Mayor checo.

En el marco de las medidas económicas, las siete guarniciones de la brigada de reacción rápida se fusionarán y tendrán su sede en la ciudad de Zatec, Bohemia del Norte.

Ha transcurrido un poco más de un año desde la Cumbre de la OTAN en Praga que decidió sobre el reforzamiento de las capacidades militares; en primer lugar las capaces de intervenir rápidamente en los focos de crisis en cualquier parte del mundo. Las fuerzas armadas checas enfrentan una situación muy difícil: su reducción drástica no puede amenazar los compromisos de la República Checa para con la OTAN.